Septiembre de ciclones, sismos y, Viva México

  • Agora
  • Cuauhtémoc Carmona Álvarez

Laguna /

La naturaleza como el comportamiento humano tiene infinidad de formas de expresarse. 

Así encontramos en el clima un carácter y un temperamento como si estuviéramos hablando de la “personalidad” del tiempo.

Los ciclones siempre han estado presentes en la historia desde tiempos de Matusalén y hemos tenido algunos muy violentos como el Katrina en los Estados Unidos de Norteamérica o el Odile, que impactó a los Cabos, Baja California Sur de imborrable memoria. El pasado sábado se cumplieron diez años de dicha tragedia.

Los ciclones están presentes todos los años donde el término “temporada de huracanes”, nos traslada al tiempo en que estos sucederán. 

Septiembre es el mes con más actividad ciclónica y también telúrica. 

En México recordados puntalmente que la tierra tiembla en este mes y casualmente un día como hoy, celebramos la independencia de México.

Septiembre siempre ha sido insurgente y definitorio. 

El pasado 13 se declaró por ambas cámaras (Senadores y Diputados), la reforma constitucional al poder judicial de la federación a pesar de la resistencia y a la eufemística defensa de su autonomía con sello de intocabilidad.

Septiembre ha sido para la oposición ciclónico y sísmico. Devastador desde su perspectiva neurótica y desorientada. 

Lo más extraño es que la oposición pensante (sin referirme a la rabiosa), no entra al estudio del poder soberano del pueblo, el mismo que le otorgó al Congreso Constituyente su alícuota de poder.

Morena lidera y condiciona la agenda legislativa. ¿No entienden lo que significa mayoría legislativa?

Los huracanes tienen categorías como los terremotos, escalas. 

Los huracanes más inofensivos tienen categoría de uno. A los más fuertes y violentos obtienen la categoría de cinco. 

Los sismos con un nivel por encima de cinco suelen ser devastadores. 

En sentido figurado la 4T tiene notas nivel cinco, sea en escala sísmica o de huracán para los opositores.

Este pasado fin de semana en tiempo de huracanes se recibió la tormenta tropical “Ileana” presentándose de manera muy irregular, pero dejando abundante agua en varios estados de la república mexicana, sobre todo en la Península de Baja California Sur, Sinaloa y Sonora donde afortunadamente no hubo pérdidas humanas y dichas aguas ayudaran a contrarrestar el estrés hídrico.

Nadie podrá luchar contra el poder del viento, de la lluvia y de la actividad sísmica.

La biblia en el génesis nos señala que hasta Noé tomó previsiones ante el diluvio y se preparó a conciencia. 

Pero hay otro tipo de huracanes y sismos que hay que comprender. 

La transformación política de la vida nacional es telúrica y no es para menos. Los cambios eran estéticos y por encimita. 

No podíamos seguir con ese modelito que se resumía en un gobierno rico con pueblo pobre.

No me imagino a Maximiliano o a Porfirio Díaz aplaudiendo la independencia o la revolución. Ante la tormenta de cambio no hay arca de Noé que sobreviva al diluvio popular.

La fiesta cívica más importante donde anoche no faltó la pirotecnia desde el mar hasta las montañas es hoy. 

La fiesta de independencia nos unifica e identifica donde se conjugan los ideales de aquellos liberales que nos animan a romper con el conservadurismo. 

A ellos hay que gritarles que todo cambió y que las estructuras viejas y obsoletas van a caer con impacto sísmico o ciclónico.

La naturaleza tiene reglas ocultas que desconocemos, sin embargo, esas reglas cambian respecto a los sucesos que acontecen en la atmósfera. La política no tiene reglas ocultas. 

El pulso del pueblo marca el rumbo de la nación, el mismo que rechazó no mas PRIAN.

Y a propósito del día: ¡Viva México!


@CUAUHTECARMONA

Más opiniones
MÁS DEL AUTOR

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.