Que obviamente la nota de ayer se la llevó por completo el primer Informe de la gobernadora Delfina Gómez; donde para quienes quisieron observar, hubo algunos signos novedosos… y reveladores. Iniciando porque tuvo la cortesía de ir personalmente, como hace casi dos sexenios no ocurría, a entregar personalmente el escrito correspondiente a la sede del Congreso local donde, ya se sabe, priva la mayoría morenista.
Se recuerda que Enrique Peña dejó de acudir en sus últimos dos años de mandato, Eruviel Ávila sólo fue en una ocasión y Alfredo Del Mazo ya no rindió el informe directamente en el Congreso, pues la ley no los obliga.
Que otra señal fue del líder del legislativo, Paco Vázquez, quien en referencia a las clásicas comparecencias que solían ser pasarela de funcionarios y muy raramente salían raspados, ahora acotó que “puede haber una, seis o 12”, lo cual están por definir ¿para algunos de ellos será su última tarea en el cargo? Pues quién sabe, pero ayer más de un sonriente secretario se veía inquieto.
Que algo evidente fueron las afectuosas dedicatorias al máximo líder morenista que está concluyendo sexenio, desde el maestro de ceremonias que voz en off se refirió al “amado presidente”, hasta dedicarle una canción de apología con la Sinfónica, lo que incomodó a algunos funcionarios, líderes y legisladores de viejo cuño tricolor que, aunque no lo crea, los hubo.
Por cierto, muchos personajes fueron mencionados pero no por su nombre, por ejemplo los tres ex gobernadores que estuvieron presentes: Chuayffet, Montiel y un distante Eruviel.
Que muchos detalles más se dejaron entrever, y ya se irán comentando en esa especie de marea que suele darse entre la clase política luego de los informes. Por lo pronto quedó claro que la maestra no pierde el estilo sencillo y de claridad.
La mandataria destacó logros importantes (por ejemplo, dedicó muy buen tiempo del discurso a Desarrollo Económico, y también mencionó cifras positivas en Seguridad, entre varios rubros) pero reconoció que hay otros temas en los que hay trecho por andar. Con honestidad, las cosas como son.