La fortaleza de la Procuraduría

Hidalgo /

El estado de Hidalgo se encuentra indudablemente en una etapa de transformación en todos sus rubros.

A dos años de la llegada del primer gobierno de transición política, que terminó con 90 años de hegemonía y vicios del PRI, las cosas van tomando forma con pasos sólidos.

Uno de las áreas en donde más cuidado se ha tenido es en la de la procuración de justicia, ya que se deben afinar todos los detalles para la creación de lo que será la Fiscalía General del Estado.

El encargado del despacho de la Procuraduría, Francisco Ángel Fernández Hasbun, quien relevó a Santiago Nieto que estuvo al frente el primer año, ha sabido concatenar los esfuerzos y sumar perfiles que han demostrado ya funcionar como fiscalía sin serlo plenamente.

Prueba de ello son los resultados ofrecidos en la comparecencia ante el Congreso local, con motivo de la glosa del segundo Informe del gobernador Julio Menchaca, quien no se equivocó al dejar al frente a Fernández Hasbun para este proceso.

Sin embargo, el propio procurador hidalguense destaca por su liderazgo y unidad, gracias al equipo con el que se ha fortalecido y a quienes distinguió ante los medios y los propios legisladores: Arturo Flores Molina, coordinador de Unidades de Investigación de Alto Impacto, la maestra Carolina Abigail Pérez Luna, coordinadora de la Transición a Fiscalía, quien llegó como gente de confianza del propio Santiago Nieto por haber estado en la Unidad de Inteligencia Financiera del gobierno federal y en el estado de Nuevo León.

Luis Cruz Mera, titular de la Agencia de Investigación Criminal, los subprocuradores Irám González Pérez y Caleb Guadarrama Martínez, que hoy son la fortaleza de la dependencia de procuración de justicia, quienes están al frente de las investigaciones de casos como los recientes homicidios que se han presentado en la zona metropolitana, ya con personas e implicados presentados ante las autoridades.

El éxito de la Procuraduría de Hidalgo se basa en que dicho equipo de trabajo es de los más fuertes que hay en el estado, además de que cuentan con la plena y total confianza del gobernador. No por nada, las 681 sentencias condenatorias que obtuvieron en el último año, producto de buenos casos llevados ante el Poder Judicial.

Un dato, quizá el más importante, es que en el marco del maxiproceso contra la corrupción, conocido como la “estafa siniestra”, se procesó penalmente a 17 personas funcionarias públicas, 23 personas ex funcionarias públicas, tanto estatales como municipales, a un presidente municipal con licencia y, por primera vez, a un particular. Son tiempos de cambios y transformación en Hidalgo, y la Procuraduría a cargo de Fernández Hasbun abona a mantener la certeza en que el camino para la Fiscalía habrá valido la pena por lo que se tendrá para procurar la justicia de los hidalguenses.


  • Eduardo González
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