Si el activismo de las masas orientadas por la política del Gobierno se ha definido y difundido desde las mañaneras, las acciones políticas de la oposición contra el gobierno se definen por el PRIAN, Claudio X González y la SCJN; y de su difusión se encarga el poder mediático.
Veamos algo de historia. Desde diciembre de 2018, la Corte se convirtió de manera soterrada en el núcleo opositor al Gobierno de López Obrador. Y con el ascenso de la ministra Norma Piña a su presidencia, en enero de 2023, el enfrentamiento de la SCJN contra el Gobierno ya no fue soterrado, sino abierto. La respuesta fue la reforma recién aprobada.
En efecto, teniendo la ministra Piña la mayoría de los integrantes de la Corte a su favor, la mayoría de los asunto de política que llegan a la Corte se han sentenciado políticamente, no jurídicamente.
No hay cultura democrática ni voluntad para el diálogo, y la percepción de la ultraderecha respecto a los propósitos del Gobierno es que teniendo como modelos a Cuba, Nicaragua y Venezuela, el Gobierno nos quiere llevar al socialismo, llegándose el absurdo de hacer creer que la reforma al Poder Judicial es la última batalla librada contra la dictadura de Andrés Manuel.
Nuestra democracia es muy limitada, de ambos lado se observó violencia política; unos para lograr la aprobación de la reforma y otros para evitar que se aprobara, propagandizándose la idea de que, de aprobarse, por ser ésta la última batalla, perdería México y dejaríamos de ser libres.
Las partes del conflicto deberían responder política, ética y jurídicamente por estos actos. En el caso de Norma Piña, por ser presunta responsable del asalto al Congreso de la Unión por funcionarios judiciales y estudiantes, para impedir que se efectuara lo que constitucionalmente es función del Poder Legislativo: reformar y crear leyes.
No es creíble que siendo Norma Piña presidenta de la SCJN ignorara que el momento procesal para la solicitud de diálogo, justo cuando los legisladores deliberaban para su aprobación, no era el que dispone la ley. Sin embargo, se unió a las voces que a gritos pedían que los dejaran entrar al recinto legislativo.