Un muro de 43

Jalisco /

Todo puede pasar de aquí al próximo martes 10 de septiembre cuando el Senado vote la polémica, regresiva y mal llamada Reforma Judicial. Son 72 horas en donde el oficialismo puede comprar a un llanero solitario que le otorgue ese voto que le falta para la mayoría calificada en el Senado. Algún senador del PRI, PAN o MC que traicione su palabra y que traicione a sus electores. Hasta hoy, los 43 senadores opositores se han manifestado públicamente en contra de la Reforma. Incluso, han sido convocados sus suplentes para evitar que gripas, retrasos de avión o extrañas idas al baño puedan alterar la votación. Este muro de contención es lo que nos queda entre una democracia y una autocracia; un sistema de división de poderes, de pesos y contrapesos, o el autoritarismo morenista.

Y es que no faltó quien criticó durante la campaña el concepto de voto útil. Un tipo de voto que existe en todo el mundo. Y, sobre todo, en modelos que privilegian el sistema mayoritario. Ejemplos en los últimos meses son más que evidentes. En Francia, el macronismo (centroderecha) y el Nouveau Front Populaire (la izquierda) hizo dimitir candidatos en distritos estratégicos para evitar una victoria de la ultraderecha. En Reino Unido, los votos hacia los liberales o los verdes fueron refugios para no darle una tan holgada mayoría a los laboristas (al final sí la obtuvieron). Y la decisión de Robert F. Kennedy Jr. de abandonar la contienda en los Estados Unidos favoreciendo a Donald Trump se explica en los mismos términos: voto útil o estratégico como dicen los politólogos.

Sé que MC, PRI y PAN no son lo mismo. Son oposiciones distintas. Movimiento Ciudadano se ha movido a la centroizquierda a nivel federal rechazando la militarización o la destrucción del sistema de salud o educativo. También ha puesto énfasis en la transición energética o en la ampliación de derechos y libertades. Con altas y bajas, pero MC ha querido seguir la ruta de un partido socialdemócrata moderno.

El PRI no es más que un cascarón, pero un cascarón que tiene en sus manos mucho poder. El futuro parece sólo albergarle la extinción, no obstante, su presente es más que relevante. En su último Congreso viró a la izquierda y suscribieron “alejarse” del neoliberalismo. Sin embargo, parece más un ajuste de cuentas con el priismo peñanietista que una oferta a la ciudadanía. La realidad es que el PRI está en modo supervivencia y con una dirección muy cuestionada. Aún así, ese PRI muerto en vida tiene las llaves para permitir o no la regresión autoritaria que plantea Morena. Paradojas de la política mexicana.

B.

El PAN debe repensarse a fondo porque hoy es un partido que ofrece poco como alternativa política. Parece definirse mucho más en términos de lo que se opone que por aquello que reivindica. Mantiene a su interior pulsiones conservadoras que quedaron atrapados en el México del pasado. Facciones, en estados como Jalisco, Guanajuato o Querétaro, que lo alejan del elector medio que ya trascendió esa agenda moral. Más allá de unos cuantos, el matrimonio entre personas del mismo sexo está bastante normalizado en nuestras sociedades y la despenalización del aborto es un mandato de la Corte. Sin embargo, tampoco es negable que existe en el PAN una corriente renovadora que quiere recuperar la tradición más liberal de este partido. Es el choque de estas dos corrientes lo que explica al panismo, sobre todo, fuera del poder.

Por lo tanto, a pesar de que López Obrador y sus voceros lo repitan: las oposiciones no son lo mismo. Aquí aparece todo el debate de la utilidad del voto: son los únicos que pueden frenar la agenda de regresión autoritaria que impulsan la dupla Obrador-Sheinbaum. Sí, “Alito” es de lo más desagradable de la política. Sí, Marko Cortés es el líder más débil y peor formado de la historia del PAN. Sí, la gestión que hace Dante Delgado de Movimiento Ciudadano no tiene nada que ver con la democracia. Sin embargo, en ellos recae la responsabilidad histórica de proteger la democracia. En los hombros de senadores como Clemente Castañeda, Ricardo Anaya, Lily Téllez, Luis Donaldo Colosio, Miguel Riquelme o Manlio Fabio Beltrones. En política no se buscan ángeles, sino personas que sean capaces de defender sus ideas y ser congruentes con aquello que prometieron al electorado. En una ciudadanía moderna no se hacen consultas a mano alzada, sino un intercambio recíproco entre representantes y representados.

Una victoria de la oposición la próxima semana no sólo supondría frenar una Reforma Judicial que disuelve la división de poderes, acaba con la independencia judicial, dinamita a la Corte como contrapeso y supone un mensaje terrible a los mercados internacionales. Una aprobación de la Reforma Judicial metería a México en una de sus peores crisis económicas e institucionales en décadas. Pero más allá de eso, una victoria de los 43 también enviaría mensajes contundentes de cara al futuro: no será tan sencillo profundizar la militarización del país, ni eliminar la representación proporcional y con ello dinamitar la pluralidad, o atentar contra el federalismo desapareciendo instituciones locales de un plumazo desde el Centro. En un México, en donde una parte no menor de su sociedad caía en desanimo, la articulación de un bloque opositor sólido en el Senado es una luz al final del túnel. La aplanadora de Morena podría toparse con 43 que han decidido no venderse. Una gran noticia para el futuro democrático y plural de México. 


  • Enrique Toussaint
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