Las expectativas

Ciudad de México /

Cualquier elección que se gana con mayoría absoluta en una democracia en una primera vuelta —aunque en nuestro país no contamos con una segunda— es una elección inusual. Es aún más inusual si esta elección se gana con casi el 60 por ciento de la preferencia. Estos números generan una gran expectativa sobre el gobierno entrante. La última medición de Parametría así lo refleja.

La actual presidenta Claudia Sheinbaum, obtuvo 5 millones más de votos que su predecesor y porcentualmente casi 7 puntos más. Esta diferencia tanto en votos como porcentualmente no se refleja del todo en las expectativas. De hecho, considerando el margen de error es prácticamente la misma que la del presidente saliente.

En términos de aprobación ambos entran casi con los mismos niveles al inicio de la administración (71 y 73 por ciento respectivamente). Sin embargo, hoy día el presidente saliente López Obrador, está por arriba de la presidenta entrante por 6 puntos porcentuales en su aprobación. Esto medido al final de la gestión de uno y el inicio de otra.

El contraste de expectativas del gobierno entrante comparado con las dos últimas administraciones es notable. En 2006, cuando el expresidente Felipe Calderón inició su gestión, poco más de la mitad pensaba (53 por ciento) que sería mejor que el expresidente de su mismo partido, Vicente Fox. Y en 2012, al inicio del expresidente Peña Nieto, solo 41 por ciento así lo pensaba.

Estos porcentajes son sustancialmente distintos comparados con 2018 y 2024. A la entrada del expresidente López Obrador, tres de cuatro ciudadanos del país pensaban que sería un mejor gobierno (74 por ciento) y al inicio de esta administración lo piensa prácticamente el mismo porcentaje (76 por ciento).

Otra forma de medir estas expectativas es si se considera que el gobierno será para el beneficio de la gente o solo para beneficio de unos cuantos. Las diferencias son similares, o aún más grandes. En los casos extremos, al inicio de la administración del expresidente Calderón, solo 41 por ciento pensaba que el beneficio sería para toda la gente. La diferencia con la siguiente administración es abismal, de 30 puntos porcentuales. Un poco más de 7 de 10 mexicanos (71 por ciento) considera que la presidenta Claudia Sheinbaum gobernará para beneficio de la gente.

Una pregunta en la que Parametría no cuenta con serie histórica, pero es reveladora en lo que implica en términos de expectativas, es si la ciudadanía considera que el gobierno entrante pensará en gente como usted. Los porcentajes nuevamente son abrumadores. Casi 7 de cada 10 ciudadanos (69 por ciento) así lo considera.

Si bien la expectativa es igual o está ligeramente por arriba del expresidente López Obrador, esta varía mucho dependiendo de la tarea del gobierno sobre la que se opine. Las áreas sobre las que hay mayor expectativa son las áreas económicas. Sorprende que la mayor expectativa esté en los rubros donde el electorado premió mejor a la administración saliente. Los renglones donde se registran menos expectativas, es en aquellos donde la capacidad de resolución es más limitada, es decir, temas relacionados con inseguridad, narcotráfico o incluso corrupción.

La ciudadanía o el electorado tienen menos expectativas donde el gobierno anterior logró poco. Salvo un análisis más riguroso, ello significaría que si el gobierno no avanza de manera sustancial en estos renglones la ciudadanía no lo penalizaría necesariamente.

Es decir, las expectativas de la ciudadanía se adecuan el nivel de dificultad de los retos del gobierno entrante. Es probable que el ciudadano entienda el nivel de dificultad del problema que enfrentamos, ya sea porque lo vive de manera cotidiana o porque se entera a través de medios de comunicación.

Durante la década de 1980, una de las teorías más populares en economía fue la de las “expectativas adaptativas”. Podríamos estar en un caso similar para nuestro tema de inseguridad. Durante la década de los 80, fue un tema que explicaba lo que el consumidor podía esperar sobre la tasa de inflación de un año a otro. Adaptaba su expectativa según sus antecedentes.

En nuestro país es probable que el ciudadano normalice y se adapte a nuestros niveles de inseguridad. Es difícil esperar que la ciudadanía tenga altas expectativas en un tema que se ve tan complicado como es la inseguridad. De hecho, es revelador que consideren que habrá mayor avance donde ya ha habido logros, como el tema de economía, pero no donde ha habido menos resultados.

En resumen, la expectativa del gobierno entrante es similar a la del gobierno anterior o incluso un poco más alta, como reflejan los resultados de la última elección del 2 de junio pasado o las más recientes mediciones de Parametría. Tal vez la diferencia más relevante y en beneficio de la siguiente administración es que donde hubo menos resultados de su antecesor, hay menos expectativas: resolver el tema de inseguridad pública.

Nota Metodológica: Población objetivo: Personas de 18 años en adelante con credencial para votar vigente. Representatividad: Nacional. N° de encuestas: 800 entrevistas cara a cara en vivienda realizadas del 28 de septiembre al 1 de octubre del 2024. Método de muestreo: aleatorio sistemático con probabilidad de selección proporcional al tamaño. Marco muestral: secciones electorales reportadas por el INE. Nivel de confianza estadística: 95%. Margen de error (+/-) 3.5 %. Diseño de cuestionario, muestra, operativo de campo y análisis: Parametria S.A. de C.V.


  • Francisco Abundis
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