Ansiedad y desvinculación

  • Semillas de conciencia
  • Gabriel Rubio Badillo

Tamaulipas /

Razones para sentirnos estresados puede haber muchas, pero el motivo principal de la ansiedad ocurre cuando dejamos de vivir de manera natural en el presente y en contacto afectivo con otras personas.

Pasamos demasiado tiempo frente a una pantalla, mirando a personas que no conocemos y que probablemente no vamos a conocer. Espiando la vida de gente extraña.

Mirando en la televisión a personajes absurdos, viviendo roles completamente artificiales y antinaturales. Y tenemos al mismo tiempo, relaciones interpersonales profundamente debilitadas.

Cuando dejamos de estar en contacto con la vida real, es imposible esperar un buen funcionamiento de la esfera mental: casi todo lo hemos convertido en una farsa.

Vivimos en hogares en donde no somos felices y simulamos que somos una familia.

Traemos hijos al mundo con los que no platicamos y a los que no les hacemos caso; antes los educaba la televisión, ahora los educa una tableta con videojuegos.

Antes nos leían cuentos para dormir; ahora los arrullamos con el iPad porque nos da flojera hacer la labor de ser padres.

La mayoría de los niños no hacen ejercicio: solo juegan a hacerlo en una consola. Con ese terrible sedentarismo ¿cómo podemos asombrarnos de los problemas de obesidad infantil

y de los trastornos de ansiedad en los chicos?

Antes nos enamorábamos cara a cara, en un gradual cortejo para conocernos de cerca.

Platicábamos y hacíamos cosas juntos. Hoy solo le damos “me encanta” a una foto y con eso queremos dar a entender que la persona nos atrae…

Usamos aplicaciones de citas virtuales porque ya no sabemos cómo relacionarnos de cerca. Hemos ido perdiendo poco a poco la capacidad de vinculación.

Comemos y tomamos leche que no es leche, y carne que no es carne. Hasta la comida que tenemos es un autoengaño.

Hemos enfocado nuestros esfuerzos tecnológicos para desarrollar y usar inteligencia artificial y cada vez pensamos menos por nosotros mismos.

Y cada vez pasamos menos tiempo en compañía de los que amamos.

En un mundo donde estamos cada vez más alejados y desvinculados, es de esperarse que la tensión y la angustia sean el pan de cada día en nuestra vida. Entre más alienados, más ansiosos.


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