El número de casos de personas con alto grado de obsesión sobre el riesgo de padecer diversas enfermedades va en franco ascenso.
La hipocondriasis es el nombre de un padecimiento psicológico caracterizado por una preocupación obsesiva y excesiva, sobre una fuerte creencia de estar gravemente enfermo o a punto de enfermarse.
Esta condición hace que el paciente no se logre tranquilizar a pesar de los esfuerzos médicos de convencerlos de que sus análisis y estudios clínicos son normales y que no hay evidencia alguna de su creencia.
Esas ideas infundadas también podrían relacionarse con algún padecimiento real pero que termina siendo sobredimensionado por la mente de la persona, o por haber padecido anteriormente alguna enfermedad.
Sin embargo, una persona hipocondriaca puede estar completamente sana y no haber padecido ninguna enfermedad grave, y aun así desarrollar este padecimiento.
El nivel de obsesión llega a ser tan alto en algunos casos, que el paciente puede gastar enormes cantidades de dinero en estudios repetidos y en distintos médicos, porque considera que los aparatos tienen alguna falla o que los médicos se equivocaron en sus diagnósticos que los reportan como personas sanas.
La familia puede llegar a desesperarse y acusar al paciente de estar deseando estar enfermo para llamar la atención.
Esto no necesariamente es cierto; el hipocondriaco no está fingiendo estar enfermo, sino que no puede controlar sus obsesiones y esta condición le causa niveles de ansiedad muy elevados, que no van a resolverse sin la ayuda psicológica o psiquiátrica adecuada.
¿Cuáles son las posibles causas de esta obsesión? Haber presenciado sufrimiento o muerte de personas cercanas por enfermedad, haber sido víctima de abuso, sentimientos de culpa y autocastigo, o estar enfermo de algo de manera real que genera preocupaciones exageradas sobre la evolución del padecimiento.
La psicoterapia es la principal herramienta de ayuda para sanar este proceso que, si bien no llega a ser incapacitante, sí puede alterar de manera significativa el disfrute, la fluidez y las relaciones interpersonales o limitar actividades por miedo a afectaciones físicas.