Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil estaba muy preocupado, de verdad envuelto en el desasosiego. Rocío Nahle se convertía en la primera gobernadora de Veracruz y Cuitláhuac García caminaba en la sombra del desempleo. Tal vez los lectores y las lectoras también estaban muy preocupados: ¿Qué haremos con un Cuitláhuac a la deriva?
En una nota de la redacción de El Financiero se hizo la luz: “La presidenta Claudia Sheinbaum confirmó este sábado que el gobernador saliente de Veracruz, Cuitláhuac García, se sumará a su equipo de trabajo en una área estratégica del gobierno federal, aunque sin especificar cuál será su nuevo cargo (…) “Me da gusto, cariño, nostalgia... muchas cosas, el que el día de hoy se despida Cuitláhuac como gobernador. No se preocupen, se va a ir a trabajar conmigo (…) Ya luego les platico dónde. Se va al gobierno federal. Ya en su momento les vamos a informar en qué parte importante, estratégica del Gobierno va a colaborar”, informó la mandataria (a Gil le gusta escribir mandataria) durante la inauguración del Hospital IMSS-Bienestar de Salud Mental Dr. Víctor M. Concha, en Orizaba.
La verdad sí estábamos muy preocupados. Sobre todo porque Cuitláhuac fue un gran gobernador: abatió la inseguridad en Veracruz, hizo crecer a su estado, eliminó la corrupción y elogió con la rienda suelta al ex presidente Liópez Obrador. Cuitláhuac nunca dejó pasar la oportunidad de tirarle flores al ex presidente, pétalos de admiración.
Pétalos de la Cuatroté
Luego del anuncio que cimbró el amplísimo estudio, Sheinbaum le dedicó algunas palabras al gobernador, hombre honesto, y aprovechó para enumerar los logros que Cuitláhuac García habría conseguido durante sus seis años de gobierno: “Quiero decirles que Cuitláhuac es una persona honesta, trabajadora y de convicciones que transformó el estado de Veracruz, y nos sentimos muy orgullosos y orgullosas de Cuitláhuac”. Como lo leen, lo oyen y lo sienten: Cuitláhuac transformó el estado. Hay al menos una posibilidad de que efectivamente haya transformado Veracruz: de ser un estado inseguro, lo convirtió en una llamarada de criminalidad; de ser un gobierno con serios problemas de corrupción, lo volvió un estado con un gobierno trapacero de grandes desvíos de dineros públicos.
En su discurso, la mandataria afirmó que Cuitláhuac García disminuyó la deuda del estado y señaló que con él, se hicieron caminos, hospitales y escuelas, pues “trabajó incansablemente por el estado de Veracruz". (…) Nunca zigzagueó en la decisión de seguir con la Cuarta Transformación y siempre apoyar nuestro movimiento, y gobernar con mucha honestidad y con mucha honradez (…) Ya luego les platico dónde. Se va al gobierno federal. Ya en su momento les vamos a informar en qué parte importante, estratégica del Gobierno va a colaborar”. Estratégica, mon Dieu.
En el Congreso
Mientras tanto, en el Congreso veracruzano, la oposición expuso otra realidad, otro mundo. La diputada del PAN Indira Rosales San Román le entregó a Cuitláhuac un reconocimiento de el góber que se va por ser el “peor gobernador de la historia”.
“Usted se ha dedicado a ocultar y promover la violencia, a querer minimizarla a costa del dolor de las víctimas y a deslindarse, en más de una ocasión, que hubo matanzas; usted dijo que eran encuentros del crimen que estaban peleando las plazas y después cerraron las carpetas de investigación”.
La diputada acusó a García Jiménez de no atender las alertas de género que se presentaron durante su periodo. También
lo señaló por el aumento de la deuda de Veracruz, el mal estado de las carreteras y el sistema de salud de “cuarta” en su gestión.
En respuesta, el gobernador aseguró que las críticas en su contra son “falsedades” y recordó que en las pasadas administraciones del PAN, varios alcaldes del partido fueron encarcelados por cometer diversos delitos. Entonces alguien miente o viven en dos Veracruces distintos, el que describe la Presidenta o el que señala la oposición. Gil está de plácemes, Cuitláhuac ya hace maletas y viene al gabinete. ¿Y de dónde tanto reconocimiento a este gobernador? ¿No será la mano que mece la cuna?
Todo es muy raro, caracho, como diría Oscar Wilde: “Discúlpeme, no lo había reconocido: he cambiado mucho”.
Gil s’en va