La destrucción de las autonomías

Ciudad de México /

Gil caminaba sobre la duela de cedro blanco y cavilaba: mientras los legisladores se aprestan (aprestad el bidón, ¿o cómo era?) a desaparecer los órganos autónomos tal y como se los ordenó Liópez, Gil vio a Adrián Alcalá, comisionado de Nada, defender al INAI. Hace unos días fue a entregar un plan de ahorros y reestructuración a la Secretaría de Gobernación, pero no se cansa de hacer numerazos, tremendos osos; ahora, después de atole, dice que desaparecer el INAI es una amenaza a los derechos humanos, primera noticia. La Presidenta le mandó decir que era “demasiado tarde”.

El senador Monreal informó que viene la guadaña: la Comisión Federal de Competencia (Cofece) se disolverá en la Secretaría de Economía; el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) desaparecerá en la Secretaría de Comunicaciones; el Consejo Nacional de Evaluación y Política de Desarrollo Social (Coneval) se lo cargarán a la cuenta del Inegi; los órganos reguladores en materia energética, la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), a la Secretaría de Energía; la Comisión para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), desde luego morirá en la SEP.

¿Cómo la ven?, dicho sea esto sin el afán de un albur autónomo porque le dan un hachazo. Pues así termina lo que empezó y estructuró un sistema de arbitraje y contrapesos, ahora el gobierno vigila al gobierno y concentra el poder. Y sobre todo queda puesta la semilla donde crecerá aún más el árbol autoritario (Gil amaneció muy botánico).

Que tire la primera piedra

La necedad y las amistades de Rosario Piedra lograron que quedara en la terna de la cual saldrá la nueva presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos. No se lo tomen a mal a Gilga, pero la Comisión prácticamente dejó de existir, la señora Piedra no se pronunció nunca ante asuntos importantes, se dedicó a cumplir las órdenes de Liópez Obrador. Ah, pero qué necia la señora: ¿quién la apoyará? Debe ser alguien importante y poderoso. Gil va a investigar y promete informarles aquí en esta página del fondo. Mju, anjá.

Gamés se enteró en Aristegui Noticias: la que está enojada y con razón es Tania Ramírez, directora ejecutiva de la Red por los Derechos de la Infancia en México. Ella sostiene que en el proceso para designar a la ómbudsperson de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ella fue la segunda mejor evaluada; sin embargo, desapareció de la terna. Qué raro, si esos métodos no los utiliza nunca, lo que se dice nunca, la mayoría morenista. En Morena son ilusionistas, eso sí, aparecen y desaparecen: ¿ves unos órganos autónomos?, ahora ya no los ves. “No es un nombramiento, no es la CNDH una instancia que sea parte de la administración pública federal, de alguna forma, es una institución que basa su capacidad, su poder y su trabajo en la autoridad moral, en la integridad, y en ese sentido tienen que ser los mejores perfiles los que lleguen a una terna”. ¿Y Piedra no tiene autoridad moral? Gil deambula desorientado, él pensó que sí, que Piedra era íntegra.

“Por un lado, intentar colocar a la actual ómbudsperson que fue la número 15 en esta tabla de evaluaciones, yo creo que mis otros 14 compañeros han de estar diciendo ‘hey, qué pasó con ese rebase'”.

Dónde quedó la bolita

El 5 de noviembre, el Senado de la República decidió los tres perfiles que se presentarán al pleno para definir la presidencia de la CNDH. La terna está conformada por Paulina Hernández Diz, Rosario Piedra Ibarra y Nashieli Ramírez Hernández, y la persona elegida estará al frente de la CNDH del 16 de noviembre de 2024 al 15 de noviembre de 2029.

Lectora, lector: hagan sus apuestas. ¿Quién estará al frente del carromato de la Comisión Nacional de Derechos Humanos? Comuníquenme con Adán Augusto López, tengo algo que decirle, dicen que se oyó en Palacio Nacional.

Por cierto, oigan esto que Gamés recogió de su portal Animal Político: “La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) tiene en su nómina a ocho personas que ocupan cargos directivos y, al mismo tiempo, están afiliadas a Morena o han participado en actividades del partido guinda y de sus liderazgos, y no tienen experiencia previa en derechos humanos”. Es que de veras, no tienen remedio.

Todo es muy raro, caracho, como diría Edward Gibbon: “Todo lo que fortifique será atacado, todo lo que sea atacado será destruido”. 

Gil s’en va


  • Gil Gamés
  • gil.games@milenio.com
  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
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