Gil quisiera olvidarlo, pero no es posible. Corría el mes de febrero de 2021 y la pandemia alcanzaba en México y el mundo una cúspide de contagios, tragedia y descontrol. El entonces presidente Andrés Manuel Liópez Obrador prometió que México tendría su propia vacuna contra el covid-19.
Para nadie es un secreto que Liópez ejerció muchas veces la mitomanía: inventaba, fabricaba, deliraba, soñaba ante el país entero y Gil con los pelos de punta y punto observaba cómo una parte de la sociedad le creía y aprobaba sus embustes. Así las casas (ah, el inolvidable licenciado Bartlett) muy pronto se cumplirán cuatro años y nada se sabe del biológico mexicano. La vacuna Patria es la vacuna Fantasma.
Gil lo leyó en un amplio reportaje de Enrique Gómez en su periódico El Universal: actualmente, no existe evidencia de que la vacuna Patria se haya empezado a producir o de que la Secretaría de Salud tenga dosis para aplicarlas en la Campaña Nacional de Vacunación que se lleva a cabo, de acuerdo con respuestas a solicitudes de información que se hicieron a la dependencia, al Centro Nacional para la Salud de la Infancia y Adolescencia y a la Presidencia de la República.
Patria
Como el INAI desapareció, cada día será más difícil enterarse de la verdad de algunos asuntos graves de nuestra vida social, pero esa es harina sucia de otro costal. Especialistas consultados por su periódico El Universal señalaron que la producción no ha empezado porque el flamante Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt) aún no tiene evidencia suficiente de la eficacia e inocuidad del biológico, de acuerdo con los resultados de las fases II y II-III de los estudios preclínicos de la vacuna Patria.
La trapacería, sello del gobierno de Liópez, marcó el camino: se prometió que la vacuna estaría y se inocularía en noviembre de 2021. La pandemia terminó, el sexenio se fue como dedos en el agua, ¿o como era?, empezó el gobierno de Claudia Sheinbaum y la vacuna no existe. Y, perdón por la insistencia de Gilga, a una parte de la sociedad le parece normal la mentira.
La Secretaría de Salud no cuenta con ninguna dosis de la vacuna Patria, confirmó al responder una solicitud de información: “¿Cuántas dosis de la vacuna Patria tiene disponibles la Secretaría de Salud?”, se le cuestionó a la dependencia federal. Respuesta: “Por el momento, esta Secretaría de Salud no cuenta con dosis de vacuna Patria”. Y listo, el asunto queda en el olvido. A mí que me den mi dinerito para los viejitos, las señoras de 60 y 64, la beca para los niños, los jóvenes de ¿sabe qué? Si prometieron vacuna Patria o no, nos tiene sin cuidado. Gil sabe que suena fuerte, pero así es la cosa.
Vacunas patrióticas
En el arranque de la campaña de vacunación, el pasado 15 de octubre, el secretario de Salud, David Kershenobich, y la presidenta Claudia Sheinbaum afirmaron que la vacuna Patria se aplicará en esta campaña, pero ambas dependencias se declararon incompetentes (el 16 y el 18 de octubre de 2024) para contestar ¿con cuántas dosis de la vacuna Patria cuenta la Secretaría de Salud? y ¿cuántas dosis se aplicarán en la Campaña Nacional de Vacunación?
Pero el Conahcyt presumió que “la producción de la vacuna Patria se llevará a cabo por parte de Avimex… garantizando la calidad y la producción de 24 millones de dosis anuales, con potencial de crecimiento de hasta 40 millones”.
Adivinaron: alguien miente. El pasado 5 de septiembre el Conahcyt contestó que no tiene ninguno de los datos requeridos porque carece de facultades al respecto, pese a que se encarga de la difusión de la información sobre la producción de Patria, y coordinó el trabajo de diseño, desarrollo, pruebas preclínicas y clínicas que concluyeron en marzo de 2023: “Se hace de su conocimiento que no se cuenta con la información solicitada por el peticionario respecto de las dosis de la vacuna Patria que se han producido, las que se producirán ni tampoco las estimaciones de producción para 2025, toda vez que esta Dirección Adjunta no tiene injerencia en la administración de la empresa Avimex ni información al respecto”, respondió el Consejo.
Todo es muy raro, caracho, como diría Gil: “Mi pesimismo no es sino una variedad del optimismo”.
Gil s’en va