La posibilidad de hallar un trébol de cuatro hojas es de una entre 5 mil. Y estoy realmente feliz porque en una semana encontré uno con cuatro hojas maravillosas.
Lo he dicho anteriormente y lo repito ahora porque es absolutamente cierto: Cuando creo que ya vi todo lo imaginable, el teatro vuelve a sorprenderme.
Dos de esas joyas viven atrás del Auditorio Nacional, en la siempre hermosa Unidad Cultural del Bosque. Se trata de Falsa conferencia de La firmeza en el ausencia y Los Harding.
Deshojemos ese trébol:
Falsa conferencia de La firmeza en el ausencia es una de esas pequeñas puestas en escena que son realmente gigantes. Tomando como base el texto escrito en el siglo XVII por Leonor de la Cueva, que aborda el tema de la desigualdad entre mujeres y hombres, dos personajes (uno actual y el otro de hace 4 siglos) el montaje se cuestiona la necesidad de impulsar --a través del teatro—una sociedad más justa.
Paola Izquierdo y Fernando Villa (responsables de la dramaturgia a partir del texto original, de la dirección escénica y de la actuación) dan un ejemplo de lo enorme que puede ser una puesta en escena con el mínimo de recursos, cuando se apuesta a la creatividad.
La obra ofrece cuatro últimas funciones (confío en que volverá pronto a la cartelera) el miércoles 11, viernes 13, sábado 14 y domingo 15 de diciembre, en la sala Xavier Villaurrutia.
La segunda hoja del trébol florece a unos cuantos metros de ahí, en el teatro El granero, donde del viernes 13 al domingo 15 también está en su final de temporada Los Hardings, una obra escrita por Alexia Bürger, que narra la historia de tres hombres que comparten nombre y apellido, Thomas Harding, uno conductor de trenes, el otro un antropólogo investigador y el tercero un agente de seguros.
Aparentemente sus vidas no tienen nada en común hasta el 6 de julio de 2013, cuando un tren se descarrila y hace arder una ciudad. Entonces los rieles sobre los que circulaba el tren se convierten en los caminos de sus vidas, que se entrecruzan fatalmente.
Enorme trabajo el de Misha Arias de la Cantolla, Gilberto Dávalos y Antón Araiza, como los tres Thomas, bajo la dirección escénica siempre exacta de Sandra Félix.
Al sur de la ciudad, en el teatro Helénico, los lunes y martes brilla la magia en La desilusión de la ilusión, el tercer fragmento de mi trébol de la suerte.
He de confesar que no soy fanático de los espectáculos de magia y “caí” en este montaje pensando que se trataba de una obra sobre un mago, y no actuada por un mago. Sin embargo, literalmente me atrapó y disfruté cada uno de los 90 minutos que dura la función.
Escrita y dirigida por Carlos y Javier Rendón Tovar, y protagonizada por este último, La desilusión de la ilusión cuenta la vida de un hombre y de cómo la magia ha sido su espina dorsal, y para narrarla hilvana el diálogo con trucos de magia y números musicales, creando un ambiente como de music hall muy disfrutable que se presenta lunes y martes hasta el 17 de diciembre, a las 20 horas.
Y para cerrar este trébol, su cuarta hoja verá la luz esta semana en el teatro 11 de julio en la colonia Narvarte, exactamente en el número 668 de la famosa calle Doctor Vértiz.
Se trata de Yo, Carlos Gardel: vida, música y leyenda del mítico cantor de tangos. Este espectáculo de Roberto D’Amico, es una maravillosa combinación de teatro, historia, baile y por supuesto tangos.
D’Amico da vida a Gardel desde la eternidad, y para presentar su fascinante vida estará acompañado por cuatro grandes de los escenarios: Susana Alexander, Angélica Aragón, Macaria y Patricia Reyes Spíndola.
Además, en el elenco brillarán los talentos de cantantes, bailarines y músicos en siete únicas funciones entre el miércoles 11 y el domingo 15 de diciembre.
Un trébol de cuatro hojas muy variadas, pero cada una brillante, viva, única… que hay que disfrutar.