Rita Morales Martínez, gestora cultural y empresaria, se propuso ir por algo de lo que México estaba alejado. Era el año 2017 cuando recibió una invitación para estar en un simposio sobre una corriente que se desarrollaba en Asia y Europa; algo que en esos confines ya tenían mucho tiempo de practicar; era, es, un movimiento en el que los artistas son migrantes.
Era una tendencia en la que al artista viajante se le llama homo viator, un término que significa hombre viajero o peregrino. En aquel entonces Morales advertía indicios de que venían tiempos de grandes migraciones, por lo que era necesario buscar una salida en el arte, pues “de pronto, el hecho de que tengamos muchos migrantes, pues produce cierto estrés”.
La pregunta que aleteaba era cómo hacer que estas migraciones no tensaran socialmente. “Y una de esas respuestas fue aprender de las raíces de la cultura donde estamos”, expresa Rita.
Y fue cuando emprendió un viaje para embarcarse en la corriente Arte radicante. Es decir, “llevar tu raíz y trasplantarte en otra tierra, pero a la vez reconocer las raíces de la otra cultura”, explica Morales Martínez. “De tal manera que no íbamos a imponer, sino a compartir”.
Con este modelo los artistas comenzaron a recorrer diferentes partes de la Tierra, de acuerdo al concepto, y México, en aquel momento, después de 40 años, fue el único país de América que participó en aquel simposio, para después hacer lo mismo con aquella experiencia.
“Entonces fuimos un grupo de la sociedad civil que nos acogimos y nos dimos a la tarea de poder recibir a estos artistas viajantes y crear este modelo de Alter Modernidad desde México”.
—Y es una casa.
—Es una casa antigua que funciona como una residencia también para intercambios culturales.
La visión de Rita Morales Martínez es que siempre vengan invitados de diferentes partes del mundo y del país.
Es cuando nace Kúpula Art México, que tiene una Residencia Internacional de Arte, donde artistas plásticos y poetas de diferentes partes del mundo vienen a crear obra, “teniendo como inspiración México”.
Y tiene como domicilio un departamento en la colonia Doctores —frente a la estación Pushkin del Metrobús—, un barrio que se expande como alternativa y se hermana con otro, la colonia Roma, y de aquí hacia otras partes del mundo, sin dejar de explorar nuestro país.
Por eso entramos a la galería Kúpula Art México, donde se promueve el concepto de Alter Modernidad en tiempos de migraciones.
Por lo pronto esta empresaria y promotora del arte ya viajó a Turquía, donde organizó un Simposio de Arte y Ciencia, y en febrero volverá a ese país para organizar la Semana del Arte Mexicano.
—¿Cómo estuvo ese viaje?
—Fue en Ankara, Turquía; lo organizó la Universidad de Lokman, junto con la embajada mexicana. Es un nuevo mercado del arte.
Su agenda también incluye un recorrido en 2025 con el nombre de Experiencia de Arte en el Desierto/ Marruecos-México.
Esta promotora y empresaria de arte acepta que en algunos países solo conocen obras de Frida Kahlo y Diego Rivera, porque ellos eran ellos eran viajantes; por lo tanto, dice, el artista debe viajar para abrirse paso en el ámbito internacional y dejar de pensar en la ayuda oficial como única alternativa para promocionar el arte mexicano.
Ahora Rita Morales Martínez —egresada de la UNAM— y su joven empresa están inmersas en esta corriente filosófica donde recrean las raíces y una especie de economía circular. “Vamos a lugares viejos para recrear a través del arte y darle modernidad”.
“La alteridad es poder pensar en el otro, vivir como el otro, entender al otro y crear desde lo otro”, continúa. “Desde la otredad”.
—Estamos en los límites de la Doctores y la Roma, que divide la avenida Cuauhtémoc. ¿Por qué aquí?— se le comenta.
—Diría que es la primera conexión. Mucha gente piensa que la colonia Roma debe su nombre a Roma, Italia, pero en realidad era la romería que surtía a la Gran Tenochtitlán.
—Y la vocación de comercio.
—Sí, vocación de comercio, y donde las personas que queremos vender o socializar a través de un barrio original. Es cómo recrear esta parte histórica de México y traer un arte moderno, creado en este nuevo siglo.
“Nuestra Casa de Arte”, informa Rita Morales, “alberga no solo un proyecto, El Kantón, sino que es al mismo tiempo una Residencia para artistas nacionales e internacionales, un espacio para producir desde la intimidad de nuestra ciudad”.
Ella y su equipo son, asegura, pioneros de la Semana del Arte México, “un proyecto que sembramos para llevarlo a diferentes partes del mundo; un concepto de arte radicante que, estamos seguros, florecerá en todos los espacios”, incluidas, como lo han hecho, otras entidades del país.
Y una de las expositoras en esta sala, la mayoría de ellas mujeres, es Mariana Lekanda, artista plástica que presenta una pintura al óleo por encargo, cuyo lienzo tiene forma de triángulo isósceles.
“Es una pieza que se refiere a esa persona como una esencia”, describe la joven artista, quien comenzó a pintar desde la adolescencia. “Estamos hablando de un hombre que da mucha importancia al tiempo”.