Terreno Baldío Arte

Ciudad de México /

La historia comenzó hace poco menos de sesenta años, en Tecamachalco, donde el niño Eduardo Mier y Terán jugaba en los terrenos baldíos que rodeaban la casa de sus padres.

Era la parte alta, que apenas empezaba a poblarse, como lo fue Satélite e Interlomas, de modo que había mucho espacio sobre el que Eduardo jugaba con otros niños. Era un pequeño feliz.

Y así creció.

Había nacido en esa zona, vecina de la capital, que empezaba a desarrollarse, en pleno crecimiento, a la par de aquel niño que tenía mucho espacio para divertirse a sus anchas.

Muchos años después sus recuerdos se agolpan cuando se le pregunta por qué bautizó como Terreno Baldío esta galería de arte que ocupa la casona que recuperó y remodeló en la colonia Roma.

Había crecido con esa idea y entonces, como una evocación al paisaje infantil, surgió el nombre de Terreno Baldío, de la que es fundador y director; de manera paralela, entre otros proyectos, también dirige una editorial donde ha coordinado y producido 8 libros y 12 catálogos de arte.

La construcción porfiriana se alza en la esquina que forman las calles San Luis Potosí y Orizaba, colonia Roma, en una zona sobre la que reverdecen espacios culturales, el surgimiento de bares y restaurantes que compiten con su vecina Condechi, que ya luce saturada.

En ese circuito, Mier y Terán, historiador del arte, acondicionó el inmueble y lo convirtió en una galería de tres pisos, cuyos muros, en estos días, lucen la obra del joven artista Patricio Tejedo, quien también presenta la intervención de un mini Cooper 1991 en la planta baja.

La reminiscencia vuelve a la memoria de Eduardo Mier y Terán mientras asciende las escaleras de madera:

“Entonces fui creciendo y fueron edificando casas; siempre era en los terrenos baldíos donde más nos divertíamos, en donde más inventábamos cosas, un espacio libre donde puedes construir lo que tú quiera”.

Y su sueño lo convirtió en un espacio que en estos días resplandece con los cuadros del artista plástico Patricio Tejedo, de cuya obra escribe Rodrigo Torres Ramos:

“Como tránsito entre lo arquitectónico, lo escultórico y lo pictórico, las piezas que componen Origen establecen un diálogo reiterado entre materialidad y especialidad”.

A esta galería invitan artistas de diferentes disciplinas. “Hemos hecho cosas de dibujo, de fotografía, de diseño, hemos recuperado archivos históricos de artistas, de artesanos, y, por supuesto, nuestro tema principal ha sido el arte contemporáneo”, explica Mier y Terán.

Últimamente, sin embargo, “estamos dándonos cuenta que queremos especializarnos en escultura, porque es el tema que más nos interesa”, recapitula quien también estudió Hotelería en Suiza.

Y es que uno de sus principales artistas, de los que más apego tienen y con el que han trabajado más de cerca, es el escultor japonés Kiyoto Ota, ex director del Taller de Escultura en Piedra de San Carlos, quien se acaba de jubilar, y “es un gran escultor en madera y piedra”.

El otro artista es Xavier Marín, “un escultor muy importante, y otros que van principalmente sobre el volumen, la volumetría”, comenta quien se define como entusiasta de la arquitectura, el coleccionismo, los espacios públicos, la gastronomía, la historia y la contemplación.

El sistema de trabajo de la galería es tener cuatro exposiciones cada año, además de otras que hacen en espacios públicos, como ahora mismo sucede en la Plaza Río de Janeiro, colonia Roma, o en la Fábrica de San Pedro, ubicada Uruapan, Michoacán, o en colaboración de otros museos. Lo mismo hizo en Roma, Italia, siguiendo la misma política de cooperación.

En el caso de la exposición de Patricio Tejedo, artista de de 23 años de edad, está inspirada en la naturaleza y los desechos.

Tejedo trabaja con el volumen y el plano, para cual usa tierra, telas y pigmentos. Una de las ideas de esta galería, subraya Mier y Terán, es impulsar a jóvenes artistas, como el propio Tejedo, de 23 años, quien ha expuesto en Milán, Italia, y tuvo una residencia en Barcelona.

Tejedo se dio cuenta que, aunque estudió Arquitectura, lo suyo era ser la línea escultórica, como lo ha demostrado.

—¿Y cómo define la obra de este joven?

—En el lenguaje de su trabajo tienen que ver los materiales y los restos de los materiales de construcción. En su obra hay cubitos de piedra, de mármol, de piedra volcánica. Tiene una medida de cubo y esa medida se repite en todo su trabajo. Y con ese cubo logra distintos mensajes.

En Terreno Baldío Arte ya piensan dedicarse más a presentar más obras escultóricas, como fue la del maestro Kiyoto Ota, y del artista Xavier Marín, de cuya fundación es presidente Eduardo Mier y Terán, quien continuará como promotor del arte en esta arista de la colonia Roma.


  • Humberto Ríos Navarrete
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