En nuestra época de enconos, la democracia se asemeja demasiado a una contienda entre hinchas de futbol.

En la mitología griega, Hércules fue condenado por un crimen —fruto de su inconsciente locura— a realizar doce trabajos a las órdenes del rey Euristeo. En lucha con fieras infernales, se embarcó en una serie de tareas agotadoras, en apariencia imposi

La humildad es más que una postura ante la vida: es conciencia de nuestras debilidades.

Somos habitantes de la espera. Vivimos ansiosos de que lleguen cambios, éxitos, el fin de semana, el próximo verano, una voz al teléfono, un enamoramiento.

Contra toda evidencia, los países poderosos, los que se perciben arriba, se empeñan en considerarse brújula de la realidad.

La democracia es un sistema frágil ya desde su invención en la antigua Atenas.

La épica del caudillo victorioso parece más atractiva que una paz sin agravios ni derrotados.

Llamamos amor a una variedad tan grande de sentimientos, a una gama tan extensa de emociones, que a duras penas conseguimos entendernos.

Locuaces y sabelotodos son impermeables a la sabia disciplina de saber escuchar.