Los migrantes poblanos que viven en Estados Unidos, ya sea de forma ilegal o con los papeles correspondientes, realizan actividades de la industria de la construcción, servicios, cuidados y asistencia social.
Puebla se coloca entre los cinco estados con mayor población migrante en el país vecino del norte. Las otras cuatro entidades que completan el top5 son Michoacán, Guerrero, Guanajuato y Oaxaca.
De acuerdo con el análisis “México(s) en Estados Unidos: Estudio socio-estadístico sobre las comunidades mexicanas en EU” que desarrolla Laura Vázquez Maggio, académica de la Facultad de Economía (FE) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), construcción, manufactura, alojamiento y servicios alimentario, son las principales áreas en las que se desarrollan los migrantes, entre ellos, los poblanos.
A la par, el análisis revela que las segundas generaciones de los migrantes, es decir, los hijos de los paisanos que ya nacieron en territorio norteamericano y que, en algunos casos, cuentan con la doble nacionalidad, se dedican a ventas minoristas, cuidados y asistencia social.
En otras palabras, los llamados migrantes de primera generación, es decir, aquellos que se fueron entre las décadas de los 80 y 90 del siglo pasado, se incorporaron a actividades productivas; mientras que los hijos y los nietos, quienes ya nacieron en territorio estadounidense, se encuentran en una parte sensible de la economía, los servicios, los cuales, son clave para mejorar la calidad de vida de la población.
El estudio que se encuentra en proceso de convertirse en una obra bibliográfica muestra que más de 37.8 millones de migrantes mexicanos son parte esencial de la economía de Estados Unidos y están laborando en media centena de entidades del vecino del norte.
Los estados norteamericanos con mayor presencia de la comunidad migrante mexicana son California, con sus diferentes ciudades; Texas e Illinois, en la frontera sur de Estados Unidos; Nueva York, ciudad conocida como “PueblaYork”; y Florida.
Ante el gobierno del presidente Donald Trump, la realidad migratoria está marcada por la incertidumbre; sin embargo, el “sueño americano” continuará sin importar los costos que se tengan que pagar.