En las redes circula un video donde una señora demuestra que, a pesar de los oídos y rencores que tiene Donald Trump con los hijos de Mao Zedong, las gorras que con tanto entusiasmo portan sus seguidores con la frase Make America Great Again están hechas en China. Esto le puso los pelos de punta a la feligresía trumpesca, por supuesto, pero sobre todo a la versión mexicana de la Loca Academia de Miramones, que lo tienen como un dios que habrá de salvarlos con una invasión para que acabe con el comunismo de la Cuatroté.
Hay que entenderlos, pues las cosas no les han salido nada bien desde 2018 y todavía andan groguis por tal acumulación de derrotas y malas noticias que los tienen más tristes y pelones que el árbol de los Zavala-Calderón (¿qué dirá de esa vergüenza?). Y más ahora que comenzaron a brotar una serie de informaciones que deben tener a la derechairiza todavía más bocabajeada que nunca, a la manera de un regalo navideño de Santa Claus: el AIFA al que le decían Chaifa no solo fue galardonado internacionalmente, sino que tuvo 380 mil pasajeros este año y contando; las reservas internacionales subieron 30% más en seis años (algo así como 228 mil millones de dólares, nada mal para un proyecto de nación que, según los agoreros del desastre, a estas alturas sería presa del apocalipshit); Mexicana de Aviación, a la que se señalaba como un futuro desastre, acumuló 382 mil viajeros en muy poco tiempo; México llega al noveno lugar en materia de exportación, con 513 mil mdd, por encima de naciones primer mundistas que se sienten las muy muy; a pesar de los plutócratas que se hacen patos a la hora de apoquinar (añoran como Krauze los tiempos de la dictadura perfecta cuando les condonaban todo), en 2024 se rompieron récords en materia de recaudación tributaria; se redujo el costo de la canasta básica en un 22.3% y ni siquiera incluyen ni vapeadores ni comida chatarra, maravillas que esta dictadura busca acabar solo para joder a los opositores que, como émulos de Nostradamus, son peores que García Luna Productions combatiendo al Chapo. Eso sin contar el apañón al más peligroso operador de Ovidio Guzmán en Sinaloa, Hernán Domingo Ojeda López. Y para colmo, la presidenta Claudia Sheinbaum cada día es más popular entre la tropa. No se vale.
Eso no se le hace a los prianchuchistas-trumpistas-mileistas, cuyo corazón de piedra es delicado y tiene que estar muy bien cuidado.
Qué extraña clase de comunismo dictatorial estamos viviendo.