Llega 2025 con un tambache de posibilidades para ser más divertido que el 2024 que, ciertamente, es muy difícil de superar por las aportaciones del sector opositors a lo que viene siendo el humor involuntario. En ese sentido, este año voy a repartir algunos deseos en apoyo a los derechairos para que su trajinar no sea tan rudo y un poquito más apaciguado:
Que los trolls, jéiters y bots vengan de mejores proveedores pues, todo indica que agarraron a los más chafas y menos confiables con tal de ahorrarse unos centavos. Hacen ver al Sensacional de traileros como si fuera La guerra y la paz.
Que sus líderes políticos e intelectuales que han demostrado claramente su inutilidad y falta total de anclajes cerebrales, sean cambiados por otros que tengan un asidero más profundo a la realidad. Ni modo que no existan otros derechairos menos clasistas, racistas, conservadores e intransigentes, pero sobre todo menos melodramáticos y vistimistas.
Que el New Fake Times y el resto de la prensa extranjera que tiene un extraño y torcido interés por México, no hagan reportajes sobre el fentanilo que parezcan sacados de películas de Derbez y Omar Chaparro. Se ve más realista y siniestro la preparación de la barbacoa, el mole negro o la cochinita pibil, la verdad. Esos montajes están más chafas que los de García Luna y Loret Lord Montajes. Mejor investiguen a los carteles canadienses que son más cotorros y están en boga.
Que se resistan a la tentación de sacar del sarcófago a los miembros del Team MumRa como Salinas, Caldedrunk y Zedillo, con su turba de emisarios del pasado neoliberal. No coadyuvan a su noble causa de acabar con el comunismo de la Cuatroté y antes al contrario la entorpecen al mismo tiempo que la enturbian. Sobre todo porque esos personajes tan sobrevalorados, generan más asquito que admiración.
Que se bajen de la trajinera desvalida de la Loca Academia de Miramones, cuyo sentido apátrida los alejan todavía más de los mexicanos a los que tanto desprecian, más de lo que Trump debe despreciar a todos estos entreguistas de poca monta.
Si no se aguantan, por lo menos escondan en lo más profundo del closet su fanatismo pro Milei que hace daño, que da pena y se acaba por llorar. Repitan conmigo, decir “zurdos de mierda”, no te hace estadista. Que lo sepan los plutócratas megalomaníacos que no pagan impuestos.
Ojalá se hayan ido a sacar el brake dance con los de Polymarchs para sacudirse la polilla ideológica y el resentimiento, amiguis derechairos.
¡Feliz año nuevo!