Antes de que nos olviden, haremos histeria. Este es el lema de la reacción opositora que está reaccionando de una manera muy emotiva, morigerada, con gran inteligencia emocional y prácticamente ningún resentimiento ante la salida de López Obrador que casualmente no se quiso eternizar en el poder como tanto anunciaron desde la extrema ultraderecha (seguramente lo hizo solo para dejar en ridículo a Claudio XXX, Alititito Moreno, Markititito Cortés, esos porfiristas) y la llegada de la PresidentA Claudia Sheinbaum que desde el primer día los dejó como lazo de cochino.
Lo más deslumbrante son las tesis de la dotora Dresser que con altos grados de misoginia nivel Alazraki, quiso criticar a la PresidentA. Sus argumentos pasaron de ser como del subjefe Diego, a estar muy chumelizados. Y hacerlo en Latinus es el desprestigio encarnado.
Muy bonito que el lumpenderechayotariado se muestre así tan ejemplar vomitando leperadas alarazkianas y clasismos derechuecos (no se comprende que a los únicos que les podría afectar patológicamente que los quieran confundir con la servidumbre sería a los derechairos) a lo Rabadán y Kinky Téllez, esa emancipadora frustrada de bellacos. Los fisisaurios siguen en la muy freudiana etapa anal, espetando sus resentimientos tan bien trabajados en terapia de choque, con la gentil madurez de la niña de El Exorcista, los ebrios de las películas de ficheras y los zombis de The Walking dead.
Están como los defensores del Poder Perjudicial y los Piñabots, PiñaTrolls y PiñaJéiters que los acompañan, que salió a las calles a exaltar a la ministra Piña precisamente en el 2 de Octubre que no se olvida, para que no me los vayan a olvidar puesto que son como las tiendas de campaña de FRENAAA, que se las lleva cualquier ventarrón. No comprenden que la Matanza de Tlatelolco supera cualquier delirio de los conservas en almíbar. 2 de octubre no se olvida porque es de lucha combativa, no de paros con goce de sueldo, apoyados pecuniariamente por sus mismos patrones de la toga, oiga usted.
Eso sí, cabe mencionar la manera tan sensible y empática en que la oposición de los xochilistas derrotados se han unido a esta conmemoración del 68, pero no para escupir sobre la tumba de Díaz Ordaz sino antes al contrario para abrazar su legado y enorgullecerse de ese dos de octubre donde, con un poco más de horas de trabajo burocrático puso en juego el paso de su nombre a la historia.
Los del PRIAN deben traer su retratito guardado en su cartera.