El síndrome de la reportera del NYT

Ciudad de México /

Peor que el síndrome del falso fifí tenemos el síndrome de la reportera del New Fake Times que ven un siniestro laboratorio de fentanilo donde apenas hay un expendio de carnitas a la michoacana. Natalie Kitroeff vio lo que querían sus jefes que viera, reportó no lo que tenía enfrente sino los delirantes sueños guajiros de sus editores que pasaron del nuevo periodismo al homenaje al periodismo ficción que le haría rechinar los dientes y mentar madres a Norman Mailer, Truman Capote, Gay Talese, Hunter S. Thompson, Joan Didion y Tom Wolfe. Y lo que sería más alucinante es que a estas periodistas que hacen la crónica de cosas que no existen, es muy probable que les den el Pulitzer y un Pagés al mismo tiempo.

Ni el vendedor de silencios, Carlos Denegri, se atrevió tanto.

En la Mañanera del Pueblo, con información científica, se dejó en claro que no hay nada como una “resistencia a la letalidad” y que ninguno de los que aparecen en los videos del NYT que se expusieron al fentanilo hubieran sobrevivido ni 30 segundos. Y todavía el NYT se atrevió a defender ese trabajo que no servía ni para el Órale, como si fuera el legendario reportaje de la tragedia del Titanic. NoMaMarx!

Algo solo comparable con invenciones mafufas de un viejo panista llamado Ricardo Pascoe, cuyo único logro en su vida política fue cuando, siendo delegado en la Benito Juárez, pasó un tianguis de un parque a otro parque en la colonia Del Valle y hasta le pusieron su placa como si hubiera encabezado el Desembarco en Normandía. Bueno, pues en el mejor estilo de Cascabel Hernández acusa a AMLO de haber mandado un documento -que por supuesta no documenta- en el que acosa a todos los líderes de la Cuatroté, incluyendo a la Presidenta Claudia Sheinbaum, para que esto ahora sí se convierta en una dictadura, obligando a Harfuch a dejar de perseguir al crimen organizado. Solo faltó que dijera que sus fuentes brotantes eran las mismas de Raymundo Rivapayacho. Una cosa que supera en su neurosis a la Rabadán que alega que la gasolina está a 30 varos, solo que sea para los Fórmula 1.

Gente un poquito rebasada por sus rencores y clasismos que acusan de nacos a quienes disfrutaron la fiesta de Polymarchs y que son los mismos que piensan que Cien años de soledad es un libro mediocre con unos personajes muy pobres. La ignorancia derechaira es temeraria y ridícula.

Por alguna extraña razón creen que ser oposición es fácil, ni que fuera cocinar fentanilo como dicen los del NYT.


  • Jairo Calixto Albarrán
  • jairo.calixto@milenio.com
  • Periodista producto de un extraño experimento cultural-social-educativo marxista, rockero, populachero, libresco y televisionudo / Escribe de lunes a viernes su columna "Política cero"
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