Se me hace mala onda que se haya aprovechado el Día de los Inocentes para recuperar inocentemente esos viejos tuits de las grandes figuras de la oposición que se vuelven decrépitos a gran velocidad, resultado de la falta de comprensión de una de las grandes máximas de la vida: “Antes de tuitearlo hay que pensarlo muy bien”.
Así, vimos un divertido y festivo desfile de momentazos donde todos colocaron a Xóchitl Gálvez -incluyéndose ella misma en un alarde narcisista- al nivel de una Indira Gandhi con algo de Carmen Salinas y Taylor Swift. Ya saben que casi ni se les da la exageración a la fanaticada ultraderechosa como el expresichente Vox, Alazraki y los Paleros de Alazraki, el Saco de Pus, Alititito Moreno, la Rabadán, Markitititititito Cortés y el Kike Krauze que, además de anticomunista primitivo, ahora es un casposo antiwoke. La chumelización ha estado muy brava, muy salvaje y muy primitiva.
A lo mejor por esa y otras cosas más (las paranoias, la inexistencia de inteligencia emocional, el vistimismo, los delirios derechairos y su afiliación a la Loca Academia de Miramones) la derechairiza que está más en extasis que nunca, volvió a soltar sus miroadas de xochitolls, piñajéiters y ClaudioTrolls cual pirañas en un estanque. Por un lado es bonito porque, pobrecitos, estaban ahí todos abandonados y averiados desde que la Tremenda corte cayó en las garras de la Reforma al poder perjudicial, y ahora recuperan el sentido de la vida que han tenido siempre: ser los altavoces del prianismo en pleno que busca acabar con el comunismo de la Cuatroté -tarea en la que han fracasado sistemáticamente- haciendo las mismas trapacerías de siempre que no le ha servido para maldita la cosa.
Por mucho Atlas Network, que los ampare, cuando solo tienes los mismo planes erráticos, inconsistentes y absurdos como el Coyote, se la van a pasar cayendo en los abismos, aplastados por rocas o atropellados por csminobes, sin atrapar al Correcaminos.
Cómo estará la cosa que, además de la peregrina y pastosa idea de derechizar todavía más sus partidos políticos e inventar unos nuevos que a nadie le importan, lo único que se les ocurrió fue sacarse a unos jueces de medio pelo de la chistera, para tratar de echar para atrás a la Reforma del poder perjudicial. La ministra Piña tendría que salir a decirles que se gobiernen, que ya basta de hacer el ridi.
Solo les gana Anabel Hernández a la que solo le falta decir que por culpa de AMLO falleció Jimmy Carter.