Notable el espíritu solidario y empático de nuestra sector derechairo que, ante la batalla entre Petro y Trump, de inmediato le dedicaron grandes panegíricos al Agente Naranja. No solo no les pareció innecesariamente manchado y autoritario que a quienes son deportados se les trate como si fueran presos de Guantánamo (ni al Fofo Márquez le han dado ese estatus), sino que Kinky Téllez, Brozo, el Trujillo derechoso, el ChikiliQuadri, los paleros de Alazraki y varios más, casi casi pedían que la deportación incluyera las más aberrantes torturas: la transmisión en los aviones de la programación de Latinus, Atypical, y la lectura de la prosa poética de Laura Zapata a todo volumen en su tono imitación de Paco Stanley. Fue muy tierno que mientras ella espetaba “morenacos” cada dos minutos, la distinguida dama del maldecir se hacía la vistima porque la acusaban de apátrida por exigir apátridamente que Donald Dumb invadiera México. Es curioso que a los vendepatrias les moleste que les digan vendepatrias y, en vez de dejar de ser vendepatrias como correspondería, se vuelven más vendepatrias todavía. Están como Lady X que le molesta que le digan excandidata del PRIAN.
Eso sí, hay gente malvada que cree que en caso de un conflicto más bravo con los gringos, estos personajes serían los primeros colaboracionistas del Tío Sam. Lo dudo, a pesar de todo creo que serían los primeros en lanzarse desde la alturas del Castillo de Chapultepec envueltos en la bandera gringa, digo, la mexicana. Son como los críticos de Jojojorge Romero, el líder de lo poco que queda del PAN, al que cuestionan por estar en contra de la Reforma del Infonavit porque acaba con los atracos en despoblado del prianismo en pleno (Octavio Romero reveló que despachos de abogados casi nada corruptos, montaron 373 mil juicios contra los derechohabientes de la institución), cuando lo único que quiere es defender los intereses del Cártel Inmobiliario de Acción Nacional. Faltaba más, sobraba menos.
Pues sí, el sector opositors tachó de tonterías la postura del presidente Petro, pero curiosamente al final todo se arregló cuando Trump, al ver el despropósito de una guerra arancelaria, prometío que ya no iba a tratar a los deportados como si fueran asesinos seriales. Lo curioso es que el Tío Sam se concentre en los migrantes latinoamericanos y no ande correteando a los indocumentados europeos que no son pocos.
Bueno, cómo estará la cosa que, luego de este zipizape el peso colombiano salió fortalecido, ¿por qué sería?