Dicen que el PAN no está solo y que tiene liderazgos fuertes como el de Jorge Romero, que insiste en que el cártel inmobiliario no existe, que son los papás.
Bueno, tan hay liderazgos panistas que en un programa nada delirante ni hilarantemente cómico de Los paleros de Alazraki (tienen tanto sentido periodístico que van a guardar 15 días una entrevista con Calderón) se hizo una declaración de esas plagada de humor involuntario: la de Gómez del Campo, sobrina consentida de Margarita Zavala, quien afirmó que le robaron la elección de la Ciudad de México a mi Santi Taboada, que por eso Clara Brugada no celebró y todos los chilangos andaban tristes. Es lo malo de moverse solamente en el eje Santa Fake-Las Lomas-Polanco-Polanquito-La Condesa, porque en el mundo real hubo celebración por todo lo alto. O sea, nos salvamos del subgerente del cártel inmobiliario que ya pensaba armar una gentrificación maniaca y neoliberal. Ya veía al Palacio de Bellas Artes convertido en una Torre Mítika y al Zócalo convertido en sede de departamentos de interés sensual.
Ya cuando ves en todo su esplendor a Mendoza, Taboada y Romero, autodenominados como “Los Ocean”, hasta ves al ex presichente Jelipillo casi como una linda personita. Nada más dense una asomada a los whats de esta banda que se pueden encontrar en el portal Sin Embargo (además de un recuento de todas las investigaciones sobre sus fechorías que no son pocas), salta la misoginia en su lenguaje que hace palidecer a todos los cómicos de las películas de ficheras.
Algo que solo puede ser comparado con el Frente Cínico Nacional de los secuaces de Acosta Guadajo, que quieren dar la gran sorpresa al proponer que jueces y magistrados sean candidatos de la oposición para que puedan legislar y declarar inconstitucional a la Constitución.
Todo con la anuencia no de la ministra Piña (que anda más ocupada alegando que no tiene amigos machuchones, no se rían), sino de la señora Aguayo (vocera de los perjudiciales en pie de lucha con los gastos pagados), cuyo clasismo hace ver a Martha Debayle como si fuera La Chupitos.
Un poquito de humildad no les caería mal, algo como lo que hizo la reina Letizia, que para demostrar su empatía con Valencia, salió usando unos aretes de un joyero valenciano. A lo mejor hubiera sido mejor que mandara apoyos para los damnificados, pero es lo que hay. Es como la derechairariza en éxtasis que, en vez de mostrar algo de patriotismo, se fue a bailar a Chalma para que Trump invada México.