De entrada, nadie está dispuesto a reconocer sus errores. Ya sea por necedad, vergüenza, falta de criterio, o por falta de ácido fólico. Sin embargo, hay un momento en que dadas las circunstancias, la claridad de tus errores, el cuestionamiento público y la imposibilidad de seguir negándolo todo, no queda más remedio que salir públicamente a ofrecer disculpas y tratar de reparar lo que haya que reparar. Este no es el caso de la ultraderecha mexicana que, aún y cuando es atrapada con las manos en la masa, su primera reacción es negarlo todo, echarle la culpa a los demás, buscar un amparo y una cortina de humo.
Tal es el caso de Antonio Garci, el monero misógino que, a pesar de que utilizó en las redes imágenes manipuladas groseramente de la senadora Andrea Chávez, salió a decir de una manera un poco delirante que él no tiene la culpa de lo que pasa aquí, que todo es atribuible al gobierno, a la dictadura que lo quiere censurar y solo le falta ir a pedir apoyo a la OTAN.
En lugar de asumir su responsabilidad, este personajillo hizo lo que dice el Manual de los Derechairos Remisos: hacerse la vísitima como Xóchitl, Alitititito, Markititito, Claudio XXX y así. Y luego pedir el apoyo de ultraderechosos como los moneros Calderón e Iracheta que, desde su fanatismo anticomunista, no cuestionan nada, ni la misoginia galopante de su contlapache al que colocan a nivel de héroe.
Lo mismo ocurre con Beatriz Pagés que, a nombre de Alazraki y los paleros de Alazraki, se quejó de que en la Conferencia del pueblo de Claudia Sheinbaum, se refirieran a una serie de informaciones tergiversadas, de mala leche y léperas que se soltaron en Atypical TV. La directora de Derechairistegui Noticias y Proceso se preguntaba que cómo era posible que la Presidenta (a la que siendo candidata la puso en una portada de Siempre! como si fuera nazi), siguiera confrontando a los medios de comunicación. Habría que decir que si dejaran de mentir, tergiversar, vomitar, mentar madres y leperadas, nunca jamás serían balconeados. Necesitan más Kapuscinski y menos Lord Montajes.
Como siempre, la ultraderechairósfera tira la misoginia y esconde la mano. Quizá sea comprensible, tomando en cuenta que todos sus planes se frustran peor que los del coyote cuando quiere atrapar al correcaminos. Y lo de la derrota de la ministra Piña en la Judicatura los debe tener muinos. Por eso Cartón Calderón no solo apoya al Garci Monero, sino que hasta lo celebra.