El 21 de septiembre se conmemora el Día Internacional de la Paz. De hecho, la paz conforma también un derecho humano poco conocido que se comprende en el plano personal tanto como el colectivo.
Suele entenderse la paz como un estado de ausencia de conflicto armado o de violencia directa; sin embargo, esta concepción sería muy limitada y no alcanzaría a describir otros estados y procesos sociales. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, la convivencia en paz consiste en la aceptación de las diferencias humanas. Así la paz va más allá, requiere también de la existencia de contextos que brinden las herramientas para su construcción y sostenibilidad.
El mes pasado se cumplió el primer aniversario del estallido del movimiento estudiantil iniciado en el Instituto de Artes de la UAEH. Para nuestra entidad, con una muy reducida historia de movilización social, no ha sido sencillo comprender cómo dicho fenómeno contribuye a los procesos de cimentación de paz. La movilización civil implica la acción organizada de ciudadanía y de colectivos sociales, además de la socialización de información, procedimientos internos de consulta, ejercicios de negociación y toma de decisiones; todo ello refleja un nivel de involucramiento importante en los contextos de construcción de paz.
El movimiento estudiantil de la UAEH, como un ejemplo de ello, demostró la destreza organizativa, de coordinación y de convocatoria con un paro que terminó involucrando a varios institutos y escuelas superiores. Además de que todo fue motivado por exigencias de intervención en contra de formas de abuso y maltrato en el contexto universitario, lo que demuestra una sensibilidad con los temas referentes a la justicia, la violencia y las obligaciones de las autoridades e instituciones.
Por ello vale reconocer la relevancia y el impacto que un año después sigue teniendo la movilización estudiantil en un tema crucial como lo es tener una sociedad consciente y activa en los procesos de construcción de paz.