Estamos viviendo el desarrollo de la Inteligencia Artificial a velocidades muy superiores a las pronosticadas; esto no hace pensar que la vida como hoy la conocemos será muy diferente dentro de 100 años.
Aquí un vistazo hacia el futuro modelado por la inteligencia artificial:
En el año 2125, la humanidad vivirá en un mundo transformado de manera radical por la tecnología, donde la singularidad tecnológica, alcanzada en torno al 2050, habrá
redefinido no solo el concepto de inteligencia, sino también la naturaleza misma de la existencia humana.
En esta era, las fronteras entre humanos y máquinas se habrán desdibujado.
La integración de la IA en el cuerpo y la mente humanos permitirá mejoras cognitivas y físicas, lo que generará una sociedad post-humana donde la enfermedad, el envejecimiento y la muerte podrían ser controlados o eliminados.
La conciencia humana podría ser transferida a medios digitales, permitiendo una forma de inmortalidad donde las personas pueden elegir vivir en cuerpos biológicos, robóticos, o en entornos virtuales.
Las ciudades del futuro serán inteligentes y autorreguladas, diseñadas y gestionadas por inteligencias artificiales que optimizarán todos los aspectos de la vida urbana, desde el tráfico hasta la eficiencia energética.
La automatización y la robótica habrán eliminado la necesidad del trabajo manual y, en gran medida, del trabajo cognitivo, liberando a los humanos para dedicarse a actividades creativas, filosóficas y recreativas.
La economía estará basada en la abundancia, gracias a la producción casi ilimitada y eficiente de bienes mediante la nanotecnología y la fabricación aditiva, como la impresión 3D a nivel molecular.
La educación, tal como se conoce hoy, habrá sido reemplazada por la adquisición instantánea de conocimiento a través de interfaces neuronales directas.
La inteligencia colectiva, potenciada por la interconexión global de mentes humanas y artificiales, generará soluciones a problemas que hoy parecen insuperables, como el cambio climático o la escasez de recursos.
Sin embargo, estos avances también traerán desafíos éticos y existenciales.
La sociedad de 2125 se enfrentará a la tarea de definir lo que significa ser humano en un mundo donde las máquinas no solo piensan, sino que sienten, crean y, quizás, aspiran a tener derechos propios.
Ciencia ficción o realidad científica; usted ¿qué piensa?