Desde antes de la pandemia, pero en la pandemia se hizo costumbre, salgo todos los días con la perrita schnauzer Mika hacia las cinco de la mañana. Se me han abierto otros mundos y yo los capturo de un modo especial: los llamo Sueños de cel porque con el celular tomo fotos que dan cuenta de otras realidades. Por ejemplo las escobas de ramas que arman con gran arte los barrenderos cambian el marrón por el brillo de oro a la luz de los postes. Por ejemplo una telaraña inmensa rebota rayos de plata desde un círculo de cables enrollados, donde tejió la araña.
Sueños de cel: algunos tardan mucho en armarse del todo. Por ejemplo leo (The Atlantic, 24/10/24) que el Pumpkin Spice Latte de Starbucks cumple 20 años de “perfeccionar el otoño”. Su autor Ian Bogost dice que incluso el color de la bebida se aviene con los colores amarillos y ocres de la estación, y que es como un pay de calabaza pero sin pay. Veo que esta bebida circula en México y pienso: visualmente rimaría también con el cempasúchil. Pero lo anterior me llevó a otra cosa.
Se sabe que el poeta Gérard de Nerval fue el amo de los sueños; su relato “Aurelia” empieza: “El sueño es una segunda vida”. Y habla del derramamiento o, prefiero, desliz del sueño en la noche. Pero no menos importante para efectos de un “Sueño de cel” es que Nerval vio en los pasajes iluminados de París “los fantasmas de las cosas materiales”.
Uno de los versos de su poema más famoso dice: “Soñé en la gruta donde nadaba la sirena”. Se refiere a Melusina, cuya leyenda fijó Jean d’Arras en el siglo XIV, condenada a cubrirse de escamas de la cintura para abajo cada cierto tiempo.
Hace años Mika me llevaba por la avenida Sonora bajo un techo de maderas junto a un edificio en remodelación. Tomé una foto “fantasmal” y luego quedó claro que caminábamos por una gruta en la que al último iba a aparecérsenos Melusina misma en el mural de un Starbucks: es, por supuesto, la sirena del logo. Sueño de cel concluído. Se titula: Melusina Grotta Latte.