Contra la confusión, la fatiga y la tentación

Ciudad de México /

Después de abordar en entregas anteriores la enfermedad, la pereza y la duda como obstáculos en el camino del yoga, hoy abordaremos los siguientes tres: la confusión, la fatiga y la tentación, y cómo superarlos con práctica.

Pramada, el cuarto impedimento, habla de pensamiento confuso o intoxicación. Una energía mal gestionada provoca el olvido, el error, la precipitación; es decir, un actuar reactivo y negligente. La mente puede “intoxicarse” con emociones como el miedo y la ira. Como explica el portal amaraomyoga.com, “cuando estás en este estado de ánimo puede ser increíblemente difícil dar un paso atrás y evaluar la situación para actuar de manera apropiada”.

Para evitar la impaciencia, es necesario tener una mente centrada y presente, y para ello Bakasana, la postura del Cuervo es una muy buena opción. Al requerir una atención intensa para mantener el equilibrio, ayuda a mejorar la concentración y el enfoque mental, así como aumenta la resistencia y la estabilidad.

Moisés Butze

El quinto impedimento es Alasya, que significa fatiga y desánimo. A veces nos dejamos llevar por el hacer histérico y nos olvidamos de algo muy simple: descansar. Revisar si estamos durmiendo y comiendo lo necesario es muy importante. La falta de energía trae falta de entusiasmo, donde la inercia nos hace perder fuerza en el camino y dificultad de cumplir los compromisos con nuestra práctica. Para esto Navasana, la postura del Barco, activa el fuego interno y el poder personal de superación frente a lo que nos causa fatiga, aumentando la sensación de energía.

Finalmente, el sexto obstáculo es Avirati, es decir la tentación o distracción de los sentidos. Lo que vemos y oímos del mundo se vuelve tan atractivo que perdemos de vista nuestro objetivo. Como establece el portal cuerpomenteyespiritu.es, en la distracción hay auto complacencia y confusión “entre lo circunstancial y lo esencial, entre el tener y el ser. Tanto el sexo como el dinero, la fama y el poder nos atan y nos esclavizan”.

Para combatir la tentación Virabhadrasana I, el Guerrero I, aporta disciplina, entendida como la capacidad de enfrentar con serenidad circunstancias inesperadas: “El mérito del guerrero es que tiene dominio sobre sí mismo, la gran diferencia entre un guerrero y el hombre común es que éste se reprime y el guerrero dirige sus emociones”. (Continuará…) 

(Con información de amaraomyoga.com, cuerpomenteyespiritu.es y rincondeldo.com)


  • Marién Estrada
  • infocaminoamarillo7@gmail.com
  • Periodista egresada de la Universidad Iberoamericana, especializada en temas de cine y conciencia. Desde 2015 escribe la columna "Mente y Cuerpo Sanos" en Milenio Diario. Es autora de "Yoga en tiempos sociales".
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