La salud sostenida, del Tíbet para el mundo

Ciudad de México /

ILUSTRACIÓN: JUAN CARLOS FLEICER

Continuando con el tema de la semana pasada alrededor de los Cinco Ritos Tibetanos que prolongan la juventud de cuerpo y mente, y fortalecen el sistema inmunológico, hoy te explicamos cómo hacerlos paso a paso.

Para practicarlos hay dos principios que tienen que acatarse. El primero es realizar las posturas seguidas, respetando su orden para asegurar su efecto cíclico y regenerativo a nivel respiratorio, emocional e interno. El segundo es practicar diariamente, lo ideal para empezar es realizar cada ejercicio de dos a siete veces por lo menos durante 21 días.

Es importante recordar que la respiración es fundamental en estos ejercicios y debe ser profunda, porque es de ahí de donde principalmente obtenemos el prana o energía vital.

Empecemos con el Derviche, el primer rito tibetano, pensado para mejorar el equilibrio y activar nuestro campo energético. Inicia de pie con los brazos extendidos hacia los lados a manera de “T” y empieza a girar sobre ti mismo en el sentido de las agujas del reloj.

Si te mareas, detente y arráigate a la tierra visualizando tu campo energético encendido hasta que pase.

El objetivo del Levantamiento de piernas, el segundo rito tibetano, es estimular el centro energético del plexo solar, fortaleciendo los abdominales y el cuello, y estimulando la tiroides y el páncreas.

Para realizarlo, acuéstate boca arriba con los brazos estirados a los lados del cuerpo. Inhala y levanta la cabeza y las piernas estiradas; después, exhala y bájalas juntas a su posición original.

El objetivo del Arco, el tercero, es llevar la energía del plexo solar al corazón y estirar las caderas y los abdominales. Inicia de rodillas y mantén las palmas de las manos en la parte posterior de las piernas. Inclina la cabeza hacia atrás mientras inhalas, arqueando la espalda lo más atrás que puedas. Vuelve a la posición inicial exhalando, mientras encorvas la espalda y diriges la barbilla hacia el pecho.

El Puente, el cuarto, tiene un objetivo puramente muscular, dirigido a fortalecer los hombros, la espalda y los glúteos. Consiste en ponerse en “cuatro patas” pero con el cuerpo mirando hacia arriba, iniciando acostado boca arriba.

Finalmente con el quinto y último, relájate y libera tu mente al extender todo el cuerpo, la parte posterior de los muslos y fortalecer la espalda. Haz la transición fluyendo desde Perro mirando abajo hacia Perro mirando arriba.

Marién Estrada

marien@caminoamarillo.net

@marien_caminoa7


  • Marién Estrada
  • infocaminoamarillo7@gmail.com
  • Periodista egresada de la Universidad Iberoamericana, especializada en temas de cine y conciencia. Desde 2015 escribe la columna "Mente y Cuerpo Sanos" en Milenio Diario. Es autora de "Yoga en tiempos sociales".
Más opiniones
MÁS DEL AUTOR

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.