Postura de la Rana. Las asanas inspiradas en animales, como la que ilustramos en esta ocasión, nos invitan a ser uno con la conciencia iluminada
Mandukasana, o la postura de la Rana, es conocida por su potencial para abrir profundamente la cadera, permitiendo la liberación de emociones y la relajación de la mente; y estimulando y tonificando órganos internos, muslos, caderas y abdomen.
El nombre de esta asana proviene de la forma en que se colocan las piernas, al igual que las patas de una rana cuando nada o cuando se prepara para saltar. Se dice que Mandukasana nos invita a sentarnos y escuchar, encarnando el sentido, aumentado del oído que tienen las ranas, conectando con nuestra intuición.
La postura, además, alivia los problemas digestivos. Energética y espiritualmente nos conecta al aquí y al ahora, “para estar presentes en el momento que estemos viviendo, y nos recuerda nuestra ancestral conexión con la madre tierra”.
Las principales áreas objetivo de esta postura son las caderas y la ingle que se abren y se estiran en su ejecución. Pero el pecho y los hombros también se expanden, lo que permite respiraciones más profundas y prolongadas; los músculos de la espalda desarrollarán fuerza y estabilidad.
La posición puede ser un desafío para cualquier persona con problemas de rodilla, ingle o cadera. Además, las personas con en los problemas tobillos o la zona lumbar deben prestar especial atención al practicar esta postura para evitar dolores o lesiones.
Existe otra posición de yoga también llamada Mandukasana, pero es una posición sentada de flexión hacia el frente y su enfoque apunta al área abdominal, los muslos, las piernas y la columna. En Ayurveda, se dice que esta postura ayuda con la diabetes y la pérdida de peso. Esta versión aparece en el texto clásico de Hatha Yoga del siglo XVII de Gheranda Samhita como una de las 32 asanas útiles.
Armando la postura
Iniciamos en la posición de cuatro puntos con manos y rodillas en el suelo. Coloca las caderas justo por encima de las rodillas y los hombros justo a la altura de las manos. Comienza a separar las rodillas abriéndolas lo más posible. Lleva las manos hacia el frente y baja el pecho y la cabeza hacia el piso. Las rodillas deben permanecer en línea con las caderas y los tobillos en línea con las rodillas. Los pies se mantienen en flex. También se pueden doblar los codos y apoyar los antebrazos justo debajo de los hombros. Si hay dolor en rodillas, coloca una cobija por debajo para evitarlo. _
Marién Estrada
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