En yoga, como hemos señalado en este espacio, podemos encontrar muchas posturas que parecen la misma, pero que en realidad son distintas. Son grupos de asanas que varían en su intensidad y dificultad. Tal es el caso de la familia de Bhujangasana, la postura de la Cobra y sus ocho variantes, la de Padmasana, la postura del Loto y sus 11 variantes o la de Uttanasana, la Pinza de Pie y sus 14 variaciones. Una de estas, es Pada Hastasana, la posición de las Manos en los pies, una flexión hacia adelante más profunda que Uttanasana.
Las palabra sánscritas pada y hasta significan pie y mano. En esta postura, la columna registra un estiramiento deliberado e intenso. Se inicia de pie con los pies juntos y se flexiona el torso hacia el frente a la altura de las caderas; deja que la cabeza cuelgue hacia abajo y coloca las palmas debajo de las plantas de los pies.
Este profundo estiramiento, de acuerdo al portal tummee.com, provoca una “apertura activa de los músculos isquiotibiales”, que se extienden a lo largo de la parte posterior del muslo desde la cadera y el glúteo, hasta la pantorrilla. Lo cierto es que esta variación con las palmas colocadas debajo de las plantas de los pies, requiere de mayor flexibilidad para realizarla. Pada Hastasana, además, ayuda a aumentar la energía en el cuerpo.
Hablando de los beneficios de esta asana, el alargamiento de los isquiotibiales contribuye justo a promover flexibilidad y ligereza. Además, esto reduce el riesgo de tensión y los problemas de espalda asociados, por lo que puede mejorar la postura.
Se sabe que el 80 por ciento de las enfermedades provienen del intestino y la mala digestión, y justamente esta asana estimula el proceso digestivo mejorando las funciones de los órganos abdominales.
La postura de la mano debajo del pie aumenta la circulación sanguínea en la región superior del cuerpo. Un flujo sanguíneo mejorado revitaliza los nervios y órganos de esta zona, lo que mejora su funcionamiento, reduce el estrés y la fatiga, y mantiene fresco y rejuvenecido al cuerpo físico y energético.
Si no puedes llegar a meter las manos debajo de los pies, dobla un poco las rodillas, hasta donde sigas sintiendo la tensión en la zona isquiotibial, para conseguir los beneficios de la postura.