Corrupción en el Poder Judicial

Ciudad de México /

Al Poder Judicial le corresponde interpretar las disposiciones jurídicas, su alcance y significados de ello depende que sean válidas decisiones fundamentales para la vida cotidiana de nuestro país, es el que da sentido a las normas de carácter general emitidas por los poderes Legislativo y Ejecutivo, dentro del ámbito de sus respectivas competencias.

La importancia del Poder Judicial radica además en ser el órgano de control más importante mediante la interpretación que dan a las normas los jueces, con la que determinan su significado para dictar sentencias que terminan por dar validez a tal o cual determinación. Y es gravísimo que estas decisiones que pueden tener consecuencias sociales, políticas o económicas muy cuantiosas en lo económico o en lo intangible, se vean contaminadas por la corrupción.

El impacto que una decisión tomada por algún juez o magistrado tiene alcances ilimitados, más cuando bajo el cobijo de un sistema corrupto, termina por dar al traste con el elemento más valioso que tiene un ser humano en estado de derecho como es la certeza jurídica.

Pensemos por ejemplo el caso de jueces que por omisión o colusión terminan por liberar a presuntos delincuentes por fallas en el debido proceso, buscando ominosamente evitar la vinculación a proceso, pese a que todos los indicios apuntan a una responsabilidad, que pudiera ser menor o nula, pero que deja sin oportunidad a las autoridades captoras de demostrar lo contrario. En un entorno violento como el que vive México hoy, es un lujo que no podemos darnos.

Y no me refiero a que esté en contra de que cada quien haga su trabajo respetando las reglas del juego, pues para nada es viable el regresar al sistema inquisitorio, que daba rienda suelta al MP para meter a la cárcel a cualquiera por la simple confesión, pero tampoco es deseable que el rigor de los jueces deje de lado la lógica y se apegue rigurosamente a las reglas para evadir su responsabilidad.

Imparcialidad, independencia y profesionalismo, con una dosis extrema de probidad debe ser la manera en que se conduzca el Poder Judicial de lo contrario estamos perdido y nunca se hará justicia.

miguel.puertolas@milenio.com

  • Miguel Ángel Puértolas
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