Los BRICS son conocidos como los países que son economías emergentes, con características que los posicionan como futuras potencias económicas mundiales, originalmente Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica; ahora también Egipto, Emiratos Árabes, Etiopía e Irán.
Surgen para equilibrar el poder económico de Estados Unidos y la Unión Europea y buscar equilibrio para no depender de esas potencias que controlan varios organismos internacionales como Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
En esta cumbre están discutiendo la manera de socializar los proyectos de cooperación con países que tienen interés en aliarse a este bloque.
En lo personal me pareció ver a un António Guterres de Naciones Unidas que no se sentía en su casa a diferencia de las reuniones del G20 o G7; sin embargo, es buena señal verlo sentado en la mesa. Quiere decir que existe la voluntad de estos países de mantener abiertas las puertas a la cooperación con occidente teniendo de por medio a los organismos internacionales que son mundialmente reconocidos y respetados.
Otro tema que se tocó es el de la paz, en dónde se habló de Gaza y por supuesto de Ucrania, en donde se le vio incómodo a Putin, quien por cierto era el anfitrión y defendió su postura con respecto a sus relaciones con Corea del Norte.
La realidad es que este grupo ha ido tomando mucha fuerza y sin duda traen su propia agenda. Al respecto, de México se podría decir que nuestros conflictos nacionales actuales y nuestra política internacional actual nos han relegado a no jugar roles relevantes en estos foros (a diferencia de Brasil)
Los equilibrios son buenos y tener canales de comunicación también. México debe definir hacia donde va su política internacional y con quién va a empezar a jugar más de cerca, aunque sin duda, al ser vecinos de Estados Unidos no tenemos mucha elección: mantenernos al margen por un lado y cooperar por otro, según sea necesario.