Los conflictos internacionales no terminan, por el contrario, pareciera que va aumentando cada vez más la tensión sin lograr que cese el fuego.
Por un lado, tenemos a Israel y la franja de Gaza, y por otro a Rusia atacando a Ucrania y en donde el apoyo de los países de la OTAN a Ucrania pone en riesgo la paz global y abre la posibilidad de uso de armas nucleares. Parecieran territorios lejanos a nuestro país, pero no hay que olvidar que, por la globalización, las guerras tienen repercusión en toda la cadena productiva, de comunicación, alimentaria y por supuesto al hablar de armas nucleares nadie está seguro pues los efectos de este tipo de armamentos son devastadores para toda vida en la tierra.
En México si bien tenemos otro tipo de conflictos internos que son violentos y cobran vidas diarias, no se comparan con bombas derribando hospitales enteros, asilos, escuelas.
No es entendible que sigan existiendo este tipo de conflictos. Ucrania puede tener motivos para la resistencia; están pidiendo misiles y apoyo a la OTAN, decidieron no negociar sabiendo que Rusia trae armas y ellos solo cuchillos, sin duda para algunos países de la OTAN y empresarios armamentistas está guerra les resulta bastante conveniente.
Estamos viviendo la pandemia de la pérdida de la realidad y si Rusia no ha atacado a algún país miembro de la OTAN a pesar de las provocaciones abiertas es porque sabe que automáticamente esta guerra se volvería un conflicto global y que podría derivar en una catástrofe mundial.
La presidenta Sheinbaum fue al G20 y su discurso fue sobre paz a través del medio ambiente, sugirió el compromiso de destinar un 1% del presupuesto de armamento de las naciones a sembrar árboles. Me parece buena iniciativa pero poco realista e idealista en un momento donde las tensiones de guerra van en aumento, de igual manera un discurso hipócrita considerando que México tiene altos índices de homicidio e inseguridad o -aunque ella no estaba al frente- se autorizó una tala masiva para un proyecto turístico con el Tren Maya.
Rescato que por lo menos ella sí da la cara y asiste a estas reuniones tan importantes, a donde no solo se va a hablar sino también a escuchar, aprender y hacer compromisos públicos con los socios más poderosos.