Está semana se llevó acabó la COP 29, Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en la ciudad de Bakú, Azerbaiyán. Parecieran reuniones que están lejos de generar algún interés en el ciudadano común; sin embargo, el tema nos afecta a todos sin importar raza, género, nacionalidad o clase social.
El cambio climático es un hecho y que los seres humanos hemos sido un factor determinante para alterarlo también. Durante las conversaciones de la COP 29, el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, destacó el papel crucial que deben desempeñar las ciudades, las regiones, las empresas y las instituciones financieras para impulsar el esfuerzo mundial de alcanzar las emisiones netas cero a mediados de siglo.
En su discurso, Guterres mencionó que el tiempo no nos favorece en cuanto a la urgencia de las medidas necesarias y no hace falta que alguien nos venga a contar lo que puede pasar pues ya está pasando, ya somos las personas comunes quienes estamos viviendo los estragos de nuestra propia irresponsabilidad.
Ya estamos viviendo la falta de agua, los cambios de clima radicales, la pérdida de las cosechas, las inundaciones y desbordes de ríos como acaba de suceder en Valencia, los desplazamientos de comunidades enteras derivado de que el océano ya se tragó sus tierras, los efectos de no cuidar la tierra y pensar de manera egoísta que era responsabilidad de alguien más y no nuestra, hoy en día nos está cobrando caro y se viene peor.
Se requieren políticas públicas y compromiso de todos los países para reducir la contaminación a gran escala regulando a la industria; sin embargo, también las personas debemos tomar acción sobre lo que podemos hacer desde casa día a día.
Necesitamos un cambio de cultura, de conciencia y sobre todo tomarnos en serio el hecho de que hemos sido un factor negativo determinante que ha consumido la tierra y sus recursos de manera irresponsable y nos toca, queramos o no, tomar acción.