Ahora sí que como dicen: ¡abróchense sus cinturones! Una semana llena de festejos y con un previsible incremento de consumo de alcohol, drogas, alimentos y excesos, ha comenzado y hay que tomar las debidas precauciones.
Al ya tradicional “Maratón Lupe-Reyes” hay que sumar esta semana la final de fútbol mexicano que jugarán el jueves de ida en Puebla y el domingo de regreso en Monterrey, entre el América y los Rayados, además de que el lunes 16 próximo arrancan oficialmente las posadas navideñas.
Si bien el estadio Cuauhtémoc de Puebla prestará sus instalaciones para que el América juegue de local la final de ida, con todo lo que ello implica para la ciudad a dos horas de la capital del país, en realidad el del jueves es un duelo que será visto prácticamente por todo el país por televisión, igual que el de regreso el domingo que se disputará en el Gigante de Acero.
Así que, entre las mañanitas a la Virgen Morena del miércoles en la noche para la madrugada del jueves y las visitas en todo México en aquellas ciudades donde se celebra a la Guadalupana y por la tarde los primeros 90 minutos de la final futbolera, ¿imagina usted la cantidad de alcohol, drogas y antojitos que circularán por las calles?
Motivo de más para procurar la prudencia, la moderación, la calma y todas las medidas preventivas posibles, extremando precauciones.
Y ya arrancado el “Lupe-Reyes”, agregamos domingo de final de campeonato y lunes inicio formal de las posadas navideñas. Me entiende porque digo que hay que “abrocharse los cinturones”.
Si a todo lo anterior agregamos que en la mayoría de las empresas y oficinas esta semana podría estarse pagando el aguinaldo, la combinación se torna aún más peligrosa. Para muchos, el año ya está prácticamente agotado, otros en cambio aprovecharán hasta el último minuto para sacar sus actividades pendientes.
Aplaudimos los operativos “Navidad segura 2024” y todos los programas de seguridad que se implementen en el país, pero es menester recordarnos que somos nosotros quienes debemos poner el ejemplo, prevenir y evitar que en lugar de felices fiestas se desarrollen ratos amargos.