Este próximo jueves en los Estados Unidos y, cada vez más adoptado en México también, se celebra el Día de Acción de Gracias, cuyo origen histórico tiene diferentes relatos, aunque todos coinciden en el momento de gratitud por lo cosechado en el año y en preparación para la llegada del invierno.
Más allá de la historia que tiene que ver con la migración de otros continentes al vecino país del norte, así como algunas connotaciones relacionadas a la temporada de cosechas celebradas por judíos y cristianos, diversas naciones como la nuestra han adoptado esta fecha en algunas ciudades, me parece que por la coincidencia global sobre la importancia de dar gracias.
La motivación que a mi me parece más adecuada, más allá de que la gratitud es un valor esencial en los seres humanos, es la que celebra la recolección de cosechas con buen resultado después de los cultivos de todo el año y preparándonos para tener reservas para la llegada del invierno.
Quizás en los Estados Unidos sea una de las celebraciones más importantes del año, incluso por encima de la Navidad y, seguramente por la vecindad entre países, la influencia hacia los mexicanos es evidente y en términos religiosos normalmente coincide con la víspera del Adviento que nos anuncia ya la Navidad.
Son pues, fechas en las que, al margen de todo, nos representa una oportunidad de reflexionar sobre todo aquello por lo cual deberíamos dar gracias y cambiar nuestra mentalidad de estar renegando o quejándonos por todo y por nada.
“Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios”, dice la Biblia en Filipenses 4:6
Expertos en neurolingüística, en desarrollo espiritual y estudiosos de la Palabra afirman que el acto de dar gracias es una puerta para abrir el campo de todas las posibilidades y lograr una vida serena y en paz, contrario a la zozobra con la que viven aquellas y aquellos que están afligidos por todo lo que no son o que no tienen.
Que sea el inicio de una práctica cotidiana para dar las gracias por todo, porque todo al final tiene un sentido y un propósito en nuestras vidas.