Vamos a dejar la crítica de contenido y producción de la temporada 6 parte 2 de Cobra Kai a los críticos especializados y damos palabra de que no haremos spoiler para quienes no la vieron en este fin de semana de estreno y nos limitaremos, como es propio de este espacio, a comentar con relación a las conductas humanas que muestra esta serie en estos episodios.
Al igual que en los capítulos anteriores hay algunas conductas repetidas por lo que al hablar de ello no estaremos adelantando la trama de la misma.
Lo primero que evidentemente me viene a la mente y que seguramente nos pasa similar a los que vimos Karate Kid en los 80’s y que hoy tenemos más de 50 años es la identificación con los personajes mayores y de cómo sus historias de vida influyen para bien o para mal en sus hijos, con todas las culpas, patrones de conducta e incluso, inseguridades sin resolver.
Ello refuerza la afirmación de que la palabra convence, pero el ejemplo arrastra. Los padres, consciente o inconscientemente, educamos y criamos más a nuestros hijos con nuestros actos y con nuestras actitudes que con sermones o retórica sin congruencia. Incluso como reaccionamos ante nuestras crisis y como asumimos la responsabilidad o culpa sobre hechos que pudieran dañar a alguien, habla más de nosotros mismos que muchas historias más.
Si los padres vivimos en guerra, nuestros hijos o nietos seguramente se la pasarán peleando con todo y con todos, sin saber por qué y sin conocer la paz porque nunca la han conocido y creen que el mundo es hostil y conflictivo.
Si actuamos con deshonestidad, deslealtad y traición, eso estaremos mostrando a nuestras generaciones como lo más normal para poder sobrevivir y ser alguien en la vida.
¿Suena familiar? Me parece que sí, como lo es el hecho que los seres humanos pasamos la vida tapando nuestras emociones.
¿Tienes un desamor o un rechazo afectivo? ¡Tápalo con alcohol o con sexo sin compromiso con quien primero se te atraviese! Y no, eso no es sólo de una serie o de una película, sino lamentablemente algo normalizado en la vida real.
¿Tienes alguna inseguridad o una herida no resuelta? ¡Vuélvete agresivo o desconfiado!
¿Quieres ganar una competencia? ¡Has trampa! ¡Corrompe a las autoridades!
Me parece formidable que se retraten esos aspectos de nuestra sociedad que reflejan su descomposición, aunque espero de verdad que, en la parte final, el guión nos lleve a una reflexión que nos permita darles a nuestros jóvenes un mensaje preventivo sobre lo que verdaderamente es el mundo si se expresan las emociones correctamente, si se mejora la comunicación y si se da prioridad a los factores de protección y habilidades para la vida.
¡Estaremos pendientes a la última parte el año próximo!