Recientemente con la muerte del mejor beisbolista mexicano de la historia, Fernando Valenzuela, de nuevo se ha puesto en la agenda de la discusión en el deporte el uso y abuso de sustancias exógenas como los anabólicos esteroides, las hormonas y cortisonas utilizadas sobre todo en la actividad profesional.
El toro de Etchohuaquila murió hace unos días a causa de una enfermedad hepática que se fue complicando con el paso del tiempo y que terminó con su vida a los 63 años de edad.
Aunque nadie lo ha dicho ni escrito y no se sabe si el 34 de los Dodgers los utilizó alguna vez, comenzaron las especulaciones sobre el uso de esteroides y cortisona en los beisbolistas, particularmente en los lanzadores, debido al desgaste prematuro del manguito rotador, el hombro y el brazo que se va fatigando y lastimando ante la actividad física tan extenuante en los años de mayor actividad.
Las infiltraciones de cortisona en hombro y en otras partes del cuerpo son muy comunes en deportistas, además de que, aunque se mantiene casi en el anonimato, el uso de sustancias como la testosterona, la hormona de crecimiento y el clembuterol, son utilizadas para mejorar la potencia y el rendimiento atlético.
Dentro de las consecuencias del uso prolongado y el abuso de estas sustancias, además de la dependencia psicológica que pueden generar, predomina el daño hepático en los usuarios, debido a la alta toxicidad de estas drogas.
Si bien es cierto estas sustancias se asocian más con el físicoculturismo, la realidad es que su uso y abuso secreto se ha extendido a prácticamente todos los deportes de alto rendimiento, olímpicos y profesionales, pese a los reglamentos de dopaje.
En otros ambientes, la cortisona fue una de las sustancias que utilizó por muchos años el cantante José José sobre todo en su tiempo de adicción activa al alcohol y a otras sustancias, por lo que recurría a ese fármaco para “abrir la garganta” que se le cerraba por los excesos del artista.
Esta sustancia, junto a su alcoholismo, los excesos y una hernia hiatal fueron quitándole a José José la capacidad de cantar, hasta dejarlo prácticamente sin voz y enfermarlo del cáncer de páncreas que terminó con su vida a los 70 años.
Si bien las historias de los famosos son inspiradoras y preventivas de lo que puede suceder con el abuso de sustancias, los casos de éxito son de mayor impacto todavía.
Por ello aplaudo a las personas que comparten su testimonio como una manera de prevenir que otros puedan caer en desgracia.
Apenas ayer el algoritmo de una red social me mostró un gran testimonio del año pasado de uno de los grandes físicoconstructivistas mexicanos que estaba triunfando en el extranjero y que comparte sobre las complicaciones por el uso de exógenos.
Pedro Barrón “Pitbull” relata como cuando estaba en la cúspide de su carrera en el 2018 tuvo un fallo renal que casi termina con su vida y que le costó despedirse prácticamente de su carrera profesional en competencias y exhibiciones.
Afortunadamente recibió un riñón donado de su esposa y años después hace un llamado sobre todo a los jóvenes que empiezan en esta disciplina, para que tengan mucho cuidado en utilizar sin dirección y sin conocimiento estas sustancias.
Barrón no volvió a estar en exhibiciones y perdió muchos patrocinios, pero afortunadamente sigue vivo, con su familia y trabajando como instructor personalizado en los Estados Unidos, en uno de los gimnasios de mayor relevancia en aquel país.
Gracias Pedro y gracias a todos los que nos regalan estos testimonios de vida.