El bazo: un órgano olvidado

  • Vademecum
  • Óscar Hernández G.

Laguna /

Hoy en día, es sorprendente cómo el cerebro ha resurgido como uno de los órganos más mencionados por la población general; gran culpa de ello lo tienen la neurociencia y sus aplicaciones funcionales. 

El corazón, también un órgano central en la atención comunitaria por todo lo que implica expulsar sangre a cada latido al resto del cuerpo humano; en fin, casi todos los órganos han tenido por momentos un papel protagónico en la fisiopatología del humano; hígado, páncreas, pulmón etc. 

Sin embargo, el bazo siempre ha sido rezagado a papeles terciarios. El bazo es un órgano situado en la parte izquierda del abdomen debajo de las costillas y a un lado del estómago. 

Es el culpable del “Dolor de Caballo”; y es que, en condiciones normales, el bazo acumula sangre; de hecho la sangre que pasa por el bazo es filtrada en una red esplénica que se encarga de destruir los eritrocitos viejos; así cuando la persona realiza algún ejercicio intenso que demanda de sangre y oxígeno a los músculos, entonces el bazo se “exprime” y les envía su sangre; de esa “compresión” del bazo proviene el dolor en el costado izquierdo al realizar ejercicio como correr un maratón o andar en bicicleta a toda velocidad.

En realidad, este órgano es más importante que eso; realiza una función de regulación inmunológica; también está implicado en la destrucción de plaquetas en una entidad que se conoce como plaquetopenia o trombocitopenia idiopática; aquí las plaquetas que tienen una función de tapón para que los vasos sanguíneos dejen de sangrar, son destruidas y por tanto el enfermo presenta moretones pequeños en la piel conocidos como petequias. 

Comúnmente este problema es tratado con esteroides; y en ocasiones, al no responder al tratamiento médico, se procede a extirpar quirúrgicamente el bazo, suponiendo que es el bazo el que favorece la destrucción de las plaquetas; algunos pacientes se alivian al quitar el bazo. 

Por último, el bazo también se ve afectado en los cirróticos, porque comparten circulación o vasos sanguíneos; de tal forma que cuando el hígado está fibrótico por cirrosis la circulación del vaso de ve afectada y el bazo crece de tamaño y lo podemos tocar fácilmente en el abdomen; a eso se le llama: 

Esplenomegalia. 

Normalmente el bazo tiene un tamaño como del puño de una mano adulta como 10cm, pero cuando hay esplenomegalia puede llegar a crecer al doble.


sinrez@yahoo.com.mx

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