El diccionario académico nos reporta que “solidaridad” es un nombre femenino y propone dos acepciones del término. La primera acepción es la de “adhesión circunstancial a la causa o empresa de otros” y la segunda es la de “modo de derecho u obligación 'in solidum'. Sin embargo el uso actual del término en realidad rebasa los dos significados, como puede notarse al enumerar la solidaridad como principio social, porque no se trataría de una adhesión circunstancial a la causa del mejoramiento de la sociedad, sino a una cualidad estable en los miembros que la forman.
Se informa también de los sinónimos y afines del término “solidaridad”, y ahí aparece, entre otros, la palabra “fraternidad”, del cual, en su propio lugar, se reportan tres acepciones, la primera como “amistad o afecto entre hermanos o entre quienes se tratan como tales”, la segunda como “hermandad”, y la tercera indicando “en los Estados Unidos de América, asociación estudiantil …”. El primer significado nos acerca al uso que encontramos desde el punto de vista social, donde suele referirse a un ideal de las sociedades humanas, de tratarse todos como hermanos.
En la sociedad, aunque guardan mucha relación entre sí, podemos distinguir la solidaridad y la fraternidad. Suele hablarse de solidaridad para indicar aquello que genera la vinculación de sus miembros, de la cualidad por la cual los seres humanos se mantienen unidos y dan lugar a entidades sociales. La solidaridad así considerada puede tener grados según se mire en los grupos y en las personas. Además puede también descubrirse en el cultivo de ella una dimensión virtuosa que impulsa a llevar a cabo acciones que favorecen el bien común.
La fraternidad, si se considerara superficialmente, no añadiría nada a la solidaridad; pero, si se ve con más atención, añade un componente afectivo que hace referencia a la conciencia de un origen común. “Fraternidad” deriva de “fraternitas”, que viene de “frater”, que significa hermano. Son hermanos ante todo los que comparten un origen común, es decir los hijos de los mismos padres. Análogamente se extiende el significado a una familia amplia, a un grupo, a un pueblo, a una nación y a toda la humanidad, en cuanto que de alguna forma se participa de un mismo origen.
La fraternidad refuerza y perfecciona la solidaridad, pero requiere un reconocimiento todavía más profundo de la igualdad esencial, dentro de las muchas diferencias, entre las personas. Si se reconoce ese origen común se podrá también alcanzar a vislumbrar un destino común y la necesidad de la cooperación y la búsqueda del bien común y de la paz.