Los máximos históricos en el mercado de capitales: expectativa vs. realidad

Ciudad de México /

A medida que el S&P 500 alcanza máximos históricos en el mercado de capitales, las valuaciones de las empresas vuelven a ocupar un lugar destacado en los titulares de los medios. Se ha analizado que, si una persona hubiera comprado acciones por un valor de 100 dólares del índice S&P 500 el primero de enero de 2010, tendría hoy 600 dólares. En términos reales, las acciones estadounidenses han ofrecido rendimientos del 11 % anual. Aún más notable es que el índice ha seguido subiendo incluso con las tasas de interés altas. Y eso no es todo, el Euro Stoxx 600 cerró en febrero en su nivel más alto de la historia. Incluso en Japón, el Nikkei 225 ha superado su mejor marca, alcanzada en 1989.

Sin embargo, este ritmo de crecimiento ha sido impulsado en gran parte por dichas valuaciones y no por los rendimientos reales de las empresas. El múltiplo, conocido como Shiller o CAPE (Cyclically Adjusted Price Earnings ─cuya traducción al español es Razón Precio-Beneficios ajustado cíclicamente─), es, en este momento, de 20 para Estados Unidos. Este índice se refiere, intuitivamente, al dinero que la empresa produce y que está disponible para los accionistas, quienes, a su vez, estarían dispuestos a pagar 20 veces el valor de esa acción y esperar hasta 20 años para recuperar su inversión. Con todo, el múltiplo no predice el valor real de las acciones. Algunas acciones parecerían baratas, pero podrían depreciarse aún más, o costosas y continuar su ascenso.

Las valuaciones reflejan expectativas y no realidades, es decir, cambios en el sentimiento del mercado, pero no son fiables al predecir el momento exacto para invertir. Y es que los mercados financieros son “máquinas generadoras de significado”. Como ninguna otra institución social contemporánea, se prestan a la proyección de esperanzas y temores, ilusiones y catarsis, promesas de riqueza absoluta y susurros de caídas definitivas. Georgg Simmel (1858-1918), destacado filósofo y sociólogo alemán, planteó los problemas filosóficos del dinero. Simmel consideró que el precio de algo no solo es un medio de intercambio, sino un objeto de valor en sí mismo, un deseo.

El profesor Andreas Langenohl de la Universidad de Giessen, en Alemania, aplica la tesis de Simmel a los mercados financieros. Propone que en estos mercados se negocian principalmente precios, que se convierten en el centro de la interacción entre los inversionistas. En uno de sus ensayos sobre el análisis sociológico de las expectativas en los mercados financieros, argumenta que la naturaleza futura de estos mercados implica que el valor de un activo depende de su deseabilidad, reflejada en su precio. Por lo tanto, la formación de precios de los productos financieros se basa en las expectativas. Estas no son meros estados mentales, sino más bien dispositivos sociales que sirven para interpretar y atribuir significado, y actúan como un puente entre la información actual y las decisiones futuras.

Regresando a los máximos históricos del mercado de capitales, existe escepticismo sobre la sostenibilidad de su ritmo actual, especialmente el del mercado estadounidense. Resulta preocupante que su crecimiento se sustente en un alto CAPE en lugar de un sólido crecimiento de las ganancias de las empresas. No obstante, también se han analizado otras razones. Según Lisa Shalett de Morgan Stanley, la liquidez puede ser un factor significativo que ha impulsado los rendimientos del mercado. Adicionalmente, las políticas monetarias y fiscales en Estados Unidos han compensado los efectos restrictivos de las tasas de interés altas.

Existe también la creencia de que el crecimiento continuará impulsado por una mayor productividad de las empresas, aunque este escenario es contradictorio pues requeriría que los bancos centrales mantengan tasas de interés "más altas durante más tiempo", lo que podría cuestionar la justificación de múltiplos altos. Por otro lado, se ha considerado que la inteligencia artificial, especialmente su aplicación en empresas como Nvidia, haya sido factor clave del impulso, aunque muchos argumentan que se trata de un efecto concentrado. Finalmente, Jordan Brooks de AQR Capital Management, explica que mantener el excepcional desempeño de las acciones americanas implica un "conjunto heroico de suposiciones", incluyendo un crecimiento de ganancias reales sin precedentes.

Como resultado de la falta de claridad y precisión para encontrar las causas de tal éxito y de su posible réplica, algunos analistas resaltan la existencia de otras opciones atractivas en los mercados fuera de Estados Unidos. Especialmente en países emergentes y en otros desarrollados, se vislumbran valuaciones relativas y factores positivos. Por ello, se recomienda a los inversionistas diversificar sus portafolios y buscar alternativas en este tipo de acciones con potencial interesante.

A partir de todo esto, se pueden identificar algunas oportunidades para el mercado financiero mexicano, especialmente el de capitales. Primero, los inversionistas podrían considerarlo para la diversificación de su asignación de activos. México podría beneficiarse de un mayor interés de inversión internacional. Segundo, si la economía mexicana logra capitalizar el estímulo global hacia una mayor productividad, impulsado por avances tecnológicos como la IA y el Nearshoring, el mercado de capitales podría experimentar un crecimiento significativo.

Sin embargo, habría que detallar algunos retos. La incertidumbre en los mercados financieros globales, incluyendo algunos desafíos para el mercado estadounidense, podría afectar la estabilidad y el desempeño del mercado mexicano. La economía mexicana y su mercado de capitales son susceptibles a cambios en políticas monetarias y fiscales en Estados Unidos, lo que podría representar un reto en términos de planificación y estabilidad financiera.

Y así, a pesar de todas las dificultades que implica tratar de predecir el comportamiento de los mercados, la expectativa de que en el largo plazo las condiciones de crecimiento se mantengan como hasta ahora, podrían quedar solo en buenos deseos, en proyecciones de esperanzas y temores.


  • Pilar Madrazo Lemarroy
  • Académica e investigadora en la Facultad de Economía y Negocios de Universidad Anáhuac México, sus líneas de investigación están relacionadas con la industria Fintech, finanzas conductuales e inversión con impacto.
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