Si Javier Aguirre convocó a una buena cantidad de jugadores del Cruz Azul para los dos siguientes compromisos que tendrá la Selección Mexicana de Futbol, lo lógico sería que dispusiera de un sistema táctico similar al que puso el equipo dirigido por Martín Anselmi en la supremacía de la Liga Mx.
Pero no lo hará. Y aquí hay que fijar una primera contradicción. El Cruz Azul juega con tres defensas centrales y dos carrileros profundos.
En la primera línea aparecen: el colombiano Willer Ditta, el argentino Gonzalo Piovi y el mexicano Érik Lira. Este último está en el equipo de Aguirre. Como carrileros aparecen, por el sector derecho, el mexicano Jorge Sánchez y el argentino Rodolfo Rotondi, por el izquierdo.
De esta línea de 5, el entrenador de la Selección dispone de dos. ¿Tiene a los otros tres elementos con características similares a las de los cementeros como para igualar el parado de Anselmi?
No estoy seguro de que ni siquiera Lira vaya a ser titular. Jorge Sánchez seguramente sí.
Tiene eso sí a Luis Romo, una de las estrellas del equipo azul. Figura también en el representativo nacional.
Aguirre llamó también a los mediocampistas Carlos Rodríguez, Alexis Gutiérrez y al centro delantero Ángel Sepúlveda. A ninguno de estos tres los veo de titulares.
Se puede preguntar entonces uno con justa razón: ¿Para qué entonces los llamó Aguirre si no piensa utilizarlos y servirse del extraordinario juego colectivo que estos seis han practicado como titulares en el equipo superlíder de la Liga Mx?
Tenerlos ahí como relevos, para desempeñar roles distintos a los que tienen con su equipo no es lo más inteligente… Pero pudiera decir o pensar Aguirre que el éxito real del Cruz Azul pasa por el desempeño de sus jugadores extranjeros. Vuelvo a preguntar, ¿entonces?
No dudo de que cada uno de estos seis pueda aportar en el equipo nacional fuera del sistema que ya dominan con Anselmi, pero mejor sería verlos jugar a lo que ya saben.