Para que una mujer mexicana gane lo mismo que un hombre realizando el mismo empleo tiene que trabajar 51 días adicionales al año. ¿De dónde podríamos sacarlos? La brecha salarial en México por género es menor que antes y menor a la de otros países, podríamos presumir.
Es cierto, en 2005 la brecha salarial entre hombres y mujeres era de 20 por ciento y ahora es de 14 por ciento, señala el estudio del Imco, Brecha Salarial de Género, presentado el martes. También es cierto que la brecha es mayor en Islandia (17.4 por ciento) y Reino Unido (32.7 por ciento). El reto no solo es de México, es del mundo, lo que se nos olvida, explicó Valeria Moy, directora general del Imco, es que una menor brecha de ingresos no implica una mayor equidad en el trabajo.
Digamos que, de plano, no nos interesa que alguien, solo por ser mujer, gane menos que un hombre. En ese caso, me parece interesante la visión que compartió en la presentación del estudio Laura Tamayo, directora de Comunicación, Asuntos Públicos y Sustentabilidad para Bayer México: “50 por ciento de la población en México somos mujeres, es un desperdicio de talento y de valor no contratar a la mitad de las personas del país. La brecha salarial, y lo que tiene que ver con inclusión y diversidad en la iniciativa privada, es un tema económico”.
Laura tiene razón, si pensamos desde la empresa, lo que se necesita es el mejor talento posible para crecer el negocio y, de paso, al país. ¿Para eso tengo que ser flexible en horarios de trabajo?, se preguntarán algunos con recelo. La respuesta es: por supuesto. Si queremos al mejor talento hay que darle lo que necesita.
Las mujeres y los hombres no enfrentan las mismas condiciones laborales. Preguntarse por qué y cómo hacer que el mejor talento se desarrolle y explote su potencial es la pregunta clave. Si cada empresa por sector se cuestionara eso, se impulsaría que más mujeres lleguen a puestos de mayor jerarquía, más especializados, y que la brecha se cierre más rápido.
El Imco propone cinco pasos que puede implementar todo negocio para tener al mejor talento:
1. Romper con la segregación ocupacional de género; eliminar los estereotipos de género para que más mujeres quieran ser astronautas.
2. Tener datos e indicadores detallados por puesto y salario, y preguntarse: ¿por qué él gana más que ella?
3. Transparencia en los criterios para la remuneración en cada puesto y los incrementos. Se puede evaluar tiempo, productividad y efectividad para establecer los criterios sin sesgo.
4. Eliminar las prácticas que perpetúan la brecha como anunciar vacantes con sesgos de género, poner atención en la edad o estado civil y preguntar el historial salarial.
5. Políticas que fomenten el balance vida-trabajo para todos.
¿Será muy complicado lograr esto?, ¿no deberíamos ya empezar a trabajarlo en cada uno de nuestros negocios?, ¿qué nos detiene?
@vivircomoreina