Cuando la mentira se asoma, la duda se vuelve insaciable. ¿Por qué dijeron que María Isabel Miranda de Wallace murió en el hospital ABC de Santa Fe si eso no fue cierto?
El periodista Antonio Nieto dio a conocer la noticia el sábado 8 de marzo pasado, antes de la hora de la comida: “Tras una operación, la fundadora de Alto al Secuestro, falleció hoy en hospital ABC de Santa Fe. Ya llevaba varios días hospitalizada, pero este sábado se confirmó su deceso.”
A los pocos minutos otros periodistas repitieron la nota proporcionando idéntica información y luego comenzaron a aparecer los mensajes en las redes de los amigos que la señora hizo entre la clase política.
Esa misma tarde Nieto me tomó una llamada. Ahí precisó que un familiar cercano le había proporcionado los datos divulgados. Es decir que la fuente de la información pertenecía al círculo íntimo de la señora Wallace.
Tengo en mi poder un documento que contradice, en parte, lo anunciado aquella tarde. De acuerdo con el acta de defunción María Isabel Miranda Torres falleció en Avenida Vasco de Quiroga número 15, colonia Belisario Domínguez, de la alcaldía de Tlalpan de la CdMx.
El ABC de Santa Fe se encuentra a 23 kilómetros de distancia de ese domicilio. En las coordenadas referidas por el acta se encuentra otro hospital: el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, Salvador Zubirán. ¿Por qué no decir la verdad desde el principio? ¿Por qué no corregir la información cuando ésta se propagó erróneamente aquel fin de semana?
Durante los días posteriores obtuve, mediante una fuente informal, la negativa del hospital ABC respecto a que la señora Miranda hubiese perecido en sus instalaciones. Sin embargo, por la responsabilidad que ese centro tiene respecto a la protección de datos de sus pacientes, el personal se negó a producir un documento que corroborara la mentira.
Zoom: Transcurridas un par de semanas, el acta de defunción me permite hoy asegurar la falsedad. Toca ahora interrogar al médico que firmó el certificado de muerte, documento gracias al cual se gestionó luego el acta de defunción. Se trata de un especialista muy prestigiado que perdería demasiado en caso de mentir. Mientras tanto, la duda merece respuestas que aún no descansan en paz.