Hace unos días, un empresario llegó a nuestra agencia visiblemente angustiado. Su negocio, construido con años de esfuerzo, enfrentaba un problema crítico: había perdido el control de sus principales activos digitales.
Todo comenzó con la fanpage de su empresa en Facebook, administrada por un socio que, al disolverse la sociedad, regresó a su país dejando la cuenta inaccesible.
Pero el problema iba más allá: nadie sabía a nombre de quién estaba registrada la marca, y el nombre de dominio de la página web, que él creía propio, estaba vinculado a una cuenta sin acceso.
Lo que parecía un detalle técnico se convirtió en una crisis que amenazaba la continuidad del negocio o al menos su credibilidad y crecimiento desde lo digital.
Este caso evidencia una realidad común: los activos digitales no se cuidan solos. Requieren estrategia y control, porque dejarlos en manos de terceros o sin una gestión adecuada puede costarte mucho más que tiempo o dinero: puede comprometer la confianza de tus clientes y el futuro de tu marca.
Cuando hablamos de activos digitales primarios, nos referimos a aquellos elementos esenciales que toda marca o empresa debe construir, proteger y gestionar estratégicamente para cimentar su presencia en internet.
Son los pilares que sostienen la identidad digital, la interacción con los clientes y las oportunidades de conversión. Estos activos incluyen:
1. Nombre de dominio: La dirección de tu marca en internet, que debe estar a tu nombre y bajo tu control.
2. Sitio web oficial: Tu “sucursal”, optimizada y segura lleva tiempo, no pierdas el código fuente.
3. Cuentas oficiales en redes sociales: Registradas, protegidas y administradas estratégicamente.
4. Correo electrónico profesional: Vinculado a tu dominio, proyecta confianza y profesionalismo.
5. Banco de contenidos digitales: Logotipos, imágenes y otros recursos clave organizados y resguardados.
6. Bases de datos: Listas de clientes y prospectos gestionadas éticamente y protegidas.
7. Estrategia de palabras clave y SEO: Tu posición en motores de búsqueda como activo intangible pero valioso.
8. Herramientas y licencias digitales: Todo software necesario para operar y crecer tu negocio.
Proteger estos activos no es opcional: es una inversión estratégica que asegura la estabilidad y el crecimiento de tu marca.
Al gestionarlos correctamente, obtienes cuatro beneficios clave:
Construyes confianza: Los activos bien gestionados transmiten profesionalismo y seriedad.
Previenes problemas legales: Registrar dominios, marcas y contenidos evita disputas y conflictos.
Aseguras la continuidad: La protección de tus activos evita interrupciones o pérdidas catastróficas.
Potencias el crecimiento: Una base digital sólida te permite escalar y aprovechar oportunidades de conversión y ventas.
Asegúrate de cuidar tus activos digitales, son la clave para construir, crecer y mantener un negocio que prospere en el tiempo.
Reflexiona: Si hoy termina la relación laboral con tu equipo interno, la agencia externa o incluso se disolviera tu sociedad, ¿qué pasaría?
¿Sabe quién tiene los accesos y permisos para gestionar los activos digitales primarios de su negocio? Y, más importante aún, ¿están bajo su control?