El tiempo de influir ya había pasado

Tamaulipas /

Sócrates tomó de aquel veneno para cumplir con la ejecución dictada por el tribunal. Ante la oferta de escapar, hubo un rechazo contundente. Aquel hombre prefirió sufrir la injusticia a cometerla.

Con palabras y acciones, llamó a que, frente a la imperfección de la ley, los ciudadanos procuraran cambiarlas por los canales establecidos.

Hoy, del otro lado del mundo y más de 2 mil años después, los ciudadanos estamos llamados a lo mismo.

Lo que hemos visto de la Reforma Judicial es resultado de muchas circunstancias. Los ministros del Poder Judicial reconocen, ahora, que es necesaria una reforma, pero no así.

Admiten lo que todas y todos sabemos: la justicia en México, cuando llega, tarda mucho; hoy, públicamente se habla de corrupción, de nepotismo, de áreas de oportunidad y la pregunta es ¿por qué nunca se había hablado así de este problema estructural en nuestro país?

Millones y millones de mexicanos no tienen acceso a la justicia, no tienen forma de hacer válidos sus derechos. La desconexión es tal que genuinamente parece que son menos los ciudadanos, a los que les interesa defender al Poder Judicial.

El Poder Judicial se desconectó de la población y ese es uno de los principales motores que impulsan esta reforma.

Desde luego no estoy de acuerdo con la concentración de poder ni con el mensaje que trae consigo, para México y el mundo, esta confrontación entre poderes.

Pero en estas circunstancias tenemos que asumir la realidad. Hubo una oposición que no fue opción y en muchos lugares el descrédito impidió que hubiera un balance más real en las cámaras; en muchos lugares hubo personas que, previo a la discusión de esta semana, y desde luego durante el debate, traicionaron aquello por lo que juraron luchar.

Lo cierto es que durante la sesión del Senado, la única forma de influir ya había pasado.

Faltó representación, faltó firmeza, faltaron votos, faltó una ciudadanía más activa hace meses y las consecuencias nos alcanzaron.

Como el llamado de Sócrates, si queremos perfeccionar las leyes necesitamos utilizar los canales establecidos y eso nos lleva a la información, a la participación política, a los partidos, a las elecciones.

Ante la falta de una oposición más fuerte, solo el grupo mayoritario podía detener esto y no sucedió.

Ciudadanos: a las urnas porque el futuro será de quienes saben reconocer lo que faltó y hacer lo que se necesita.


  • Saúl Barrientos
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