Una vez más la comedia se mete en problemas por ser retomada en fragmentos y no en su totalidad. Después de ofrecer disculpas a la presidenta Claudia Sheinbaum, el comediante Rafael Inclán explicó que el comentario que se amplifico después de una entrevista en la cual dijo: “Vamos a tener una ama de casa como Presidenta”, lo cual es en realidad un fragmento de la obra que por décadas se ha montado en México, Señora presidenta.
Hay mucho que decir de esto. Ante todo, que la mandataria haya aceptado la disculpa y haya aprovechado la oportunidad en La Mañanera para dejar claro y profundizar sobre el hecho de decirle “ama de casa” a alguien no es un insulto, fue algo bueno que salió de un mal momento. En estos tiempos en que todo mundo correr a despedazar y “cancelar” a la gente por cosas como este encuentro, da esperanza el tono de ambos para resolver el y los temas para bien.
Lo que sí está fuera de contexto es el humor que por tantos años ha hecho reír a los mexicanos, y esa obra de teatro lo ha hecho (con el gran Gonzalo Vega) de una manera espectacular. ¿Se reirán estas generaciones nuevas? No lo creo. ¿Que el personaje sea cómico por el hecho de lo increíble que resultaba imaginar a una señora presidenta ya es anacrónico? Esa no es la única gracia de la obra ni de sus personajes. Hay lugar para todo. Lo que no podemos es seguir tomando fragmentos de un total para causar pleitos y divisiones. ¿Pero saben qué? Esto se llama un momento de enseñanza, donde, aunque muchos quieran seguir peleando y cancelando, los dos involucrados estuvieron a la altura de tener una conversación de adultos, donde la comedia de antes confronta para bien las sensibilidades actuales y, donde muchos esperamos, se siga encontrando un justo medio en una sociedad que todos compartimos, aunque tengamos distintos “contextos”.