Pues ya ocurrió. Emilia Perez se estrenó en más de 800 salas en todo México así que ya nadie puede acusar a las redes sociales o a quienes la vimos antes y nos disgustó por motivos ya más que explicados de generar una opinión sin que el público la pueda ver.
Hay muchas respuestas de la gente que pagó su boleto para ver la cinta, algunas que hasta llegaron a la Profeco debido a que Cinepolis decidió usar su (hasta ahora) respetado sello de “garantía” para la cinta del francés Jaques Audiard.
Pero más allá de seguir con una polarización negativa, evitando darle voz a los sospechosos comunes que sí son transfóbicos y mal intencionados, debo celebrar cuando la respuesta o la crítica viene desde la creatividad que encontramos en el canal de YouTube (y otras redes) de Camila D. Aurora (Camileo). Ahí crearon una respuesta a la multi nominada Emilia llamada Johanne Sacreblu, un corto de 29 minutos que entre baguettes, croissants, ratas, ratatouille, boinas, mimos e intenciones de “cambiar al mundo con el poder del amor”, tiene básicamente el mismo tipo de elementos. Aquí me aventuro a pensar que desde la sátira, pero que en Emilia están siendo tomados en serio, muy en serio en el mundo entero.
La creación con creación se responde mejor, y con carcajadas más. Y sí, Francia tiene un extraño historial de hacer enojar a países con su soberbia o actitudes, pero debo decir que, a diferencia de cuando en Estados Unidos quisieron ponerle Freedom Fries a las papas a la francesa durante la oposición de ese país a la invasión a Irak, aquí el absurdo ha operado desde el inicio y el cliché con el supercliché es como mejor se paga.
Bravo Johanne Sacreblu, para cuando escribimos esto en YouTube ya había medio millón de reproducciones en sus primeras 24 horas en línea.