Siempre he amado al personaje. Por años; soy generación Christopher Reeve forever y tenía pláticas con mi padre sobre cómo ella era un personaje interesante por su profesión y sus contradicciones. Que el mundo de Superman ocurra alrededor del periodismo escrito también me emocionaba. Y sí, me quejaba, como todos, que Margot Kidder (y cualquier otra Luisa) no pudieran distinguir a Clark con lentes de Superman.
Recuerdo que esa fue de las primeras veces que mi papá me sugirió que “suspendiera mi incredulidad” para las historias de fantasía, para así aplicar el rigor de la congruencia en las de la realidad o al menos las realistas. Sigo regresando a sus palabras día a día al hablar y escribir de cine y televisión.
En mis recuerdos generacionales, y hablando de la pantalla grande, Superman es y siempre será el superhéroe de origen. Y Luisa Lane, una de las primeras mujeres que me hizo preguntar: “¿Por qué si es tan capaz siempre se anda metiendo en problemas para que Superman la rescate? Y sé que, en manos de James Gunn, con la elección de una de mis actrices jóvenes favoritas, eso quizás deje de ser un tema que distraiga de la diversión. También sospecho que lo harán de una forma inteligente, pero no cambiándolo todo y ajustándose a una agenda política que tendría a Luisa rescatando al Hombre de hierro. Vaya que ya tiene con Clark y Jimmy Olsen.
¿Por qué ya amo a Luisa Lane? Solo he visto el tráiler de la película que se estrena el 11 de julio. Pero después de ver a Brosnahan en personajes como la maravillosa Mrs. Maisel, sé lo que puede traer en ritmo, intensidad y sobre todo humor a una buena producción.
Por lo que he visto, el amor y la nostalgia a todo lo que nos puede disparar esta nueva entrega DC, está siendo cuidada por las mejores personas. Espero que así siga contándose esta historia para las nuevas y viejas generaciones.